El Tribunal Oral del Maule condenó al médico forense Mario Peña y Lillo por irregularidades en la autopsia de Hernán Canales, quien falleció en Curanipe tras ser atropellado por Martín Larraín.
La decisión se tomó luego de que una nueva autopsia dio cuenta de datos distintos al informe presentado en 2013 por Peña y Lillo, por lo que fue acusado de falsificación de instrumento público.
El profesional trabajaba en ese entonces en el Servicio Médico Legal, organiso que le solicitó la renuncia tras iniciar un sumario de los hechos.
El fiscal jefe de Parral, Nelson Riquelme, explicó que "el informe de autopsia elaborado por el doctor Peña y Lillo decía y afirmaba hechos que en realidad no habían sido constatados y verificados durante el desarrollo de la autopsia y fue así que el tribunal lo apreció de la misma manera y determinó un veredicto condenatorio respecto del imputado".
"El juicio se desarrolló a través de un procedimiento abreviado en el juzgado de Garantía de Parral y se solicitó una pena, por parte del Ministerio Público, de 300 días de presidio menor en su grado mínimo atendidas las circunstancias modificatorias de responsabilidad penal que fueron invocadas y reconocidas por parte del Ministerio Público, además de las accesorias legales correspondientes entre ellas la suspensión de cargos y oficio público por el tiempo que dure la condena", indicaron.
En la investigación se determinó que al momento de llevar a cabo la autopsia, Peña y Lillo no sabía quien era el autor de los hechos, ya que la participación de Larraín se conoció 24 horas después del accidente.