La madrudaga de este sábado fue encontrado muerto José Onofre Pizarro Caravantes (64 años), conocido como el "Divino Anticristo", popular personaje que deambulaba por distintos barrios de Santiago con un carro de supermercado lleno de diversos objetos.
Según reporta La Tercera, el cuerpo fue hallado alrededor de las 04:15 de la madrugada en la calle Marcoleta 328, en las cercanías del barrio Lastarria y la avenida Portugal.
Personal de la Sección de Investigaciones Policiales (SIP) de la Primera Comisaría de Carabineros de Santiago realizó las pericias necesarias para que los restos fueran derivados al Servicio Médico Legal para establecer las causas del deceso. Por el momento se descartó la participación de terceros.
¿Quién era?
Pizarro Caravantes, quien tiene dos hijos en Alemania, estudió en el Liceo Lastarria y su educación superior la inició cursando la carrera de Literatura en la Universidad Católica de Valparaíso, la cual cambió por Computación en la Universidad de Chile, detalla el matutino.
Este sujeto, quien también fue voluntario de Bomberos en la Tercera Compañía de Santiago, y vio cómo un incendio destruyó la casa donde vivía con sus padres y hermanos en 1982.
Desde entonces transformó la calle en su nuevo hogar y durante sus primeros años se caracterizó por deambular por barrios como Bellas Artes, Lastarria y Portugal vestido de falda y con un pañuelo en su cabeza, ganándose el apodo de "la vieja loca" o "el viejo viaja". Además repartía fotocopias de los libros que escribía acerca de política, metafísica y, por sobre todo, el nazismo.
A tal punto llegó la popularidad del "Divino Anticristo" que fue objeto de obras de arte. (Foto: Facebook/Diana Navarrete)
En 2006, a petición de su hermano y la intervención de la Municipalidad de Santiago, estuvo internado en la Clínica Psiquiátrica Normita Fournet, donde fue diagnosticado con esquizofrenia paranoide crónica. Sus "seguidores", tras enterarse de que había sido internado, iniciaron incluso una campaña clamando por su "liberación".
Tras dos meses en el recinto, regresó a la calle. Desde ese momento, cambió su modo de vestir y actuar: la falda la sustituyó por pantalones y dejó de vender sus escritos, pero sólo durante un tiempo.
En vida, el "Divino Anticristo" -que incluso fue objeto de obras de arte- aseguró que nunca se interesó por vivir "encerrado entre cuatro paredes".