Juan Carlos Cruz acusó que el sacerdote mantiene contacto con ex feligreses, pese a que le está prohibido.
Llamó en este sentido al arzobispo Ezzati a hacer cumplir la pena impuesta por la Iglesia.
El periodista Juan Carlos Cruz Chellew, uno de los cuatro querellantes del caso Karadima, aseguró en conversación con El Diario de Cooperativa que el sacerdote no está cumpliendo la sentencia que le impuso el Vaticano cuando lo declaró culpable de abuso sexual contra menores, y que lo obligó a recluirse a una "vida de oración y penitencia" y cortar cualquier contacto con sus ex feligreses.
"Nosotros hemos sabido que él tiene contacto con distintas personas, con ex feligreses y sacerdotes, y eso es importante que no siga ocurriendo, porque él sigue manejando, como Don Corleone, tras las sombras, su organización", acusó Cruz, que dijo haber obtenido esta información "de primera fuente", luego que Ezzati lo comentara "a unos sacerdotes el viernes pasado".
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| El periodista dijo estar "feliz" luego de que la Justicia acreditara la culpabilidad del religioso. (Foto: UPI) |
En este sentido, el profesional requirió que el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo "Ezzati haga cumplir todas las palabras de la sentencia vaticana, porque no se ha estado cumpliendo", y es relevante que esto se haga, "especialmente ahora que ya se ha acreditado en el Vaticano y en la Justicia chilena que el hombre es un criminal".
Más allá de esto, el periodista dijo sentirse "emocionado de que se hayan acreditado todos los cargos que se le imputaban a Karadima. No tengo palabras para decirlo, es el cierre de una cosa que ha sido tan tremenda para todos, y (estoy) feliz de que se haya sacado a un criminal de la calle", señaló.
Fernando Karadima Fariña, de 81 años, se encuentra recluido en el Monasterio de las Siervas de Jesús en la comuna de Providencia, donde, supuestamente, cumple la condena que le impuso la jerarquía católica.
En el fallo dado a conocer en el mes de febrero se advertía que en caso de no observar las medidas indicadas, el inculpado podía incluso perder el estado sacerdotal.
