La periodista analizó cómo el ex presidente de la UDI cambió su estrategia judicial en el caso Penta.
Resaltó su figura como "símbolo" del gremialismo.
La Premio Nacional de Periodismo acaba de publicar el libro "La máquina para defraudar", abocado al caso Penta.
La periodista María Olivia Mönckeberg conversó este jueves con Cooperativa sobre la importancia de la figura de Jovino Novoa para la derecha chilena, un día después de que éste fuera sentenciado a tres años de pena remitida por delitos tributarios relacionados por el caso Penta.
En Una Nueva Mañana, Mönckeberg destacó que Novoa "es un símbolo dentro de la UDI", puesto que "fue quien, junto a Jaime Guzmán, fundó el Movimiento Gremial a fines de los años 60 y después generaron esta Unión Demócrata Independiente".
"Lo han apodado uno de los coroneles por ser de las antiguas generaciones de la UDI y, en este caso, en las declaraciones de Carlos Eugenio Lavín y de Carlos Alberto Délano se habla de él como un recaudador de platas, cuestión que desmienten los abogados de la defensa", recordó.
"Lo de Novoa es el primer caso de (condena para) los políticos que recibían, pero no de los que estaban haciendo las entregas de estas 'donaciones', estas boletas y facturas ideológicamente falsas", explicó la Premio Nacional de Periodismo, que acaba de publicar el libro "La máquina para defraudar".
"Él (Novoa) partió condenando a los fiscales, los trató de figurines, habló de una investigación ideológicamente falsa y guardaba silencio, se amparaba en el derecho a guardar silencio, hasta que al final, seguramente, se dio cuenta de que por ese camino no iba a llegar a ninguna parte, podía terminar en un juicio oral que podía haber dado una pena más alta incluso que la que tiene", dijo al analizar la estrategia judicial del ex timonel gremialista.
Finalmente, la periodista manifestó que "la actitud de él debió cambiar, (aunque) estuvieron entre medio sus enfermedades, sus licencias médicas, situaciones incluso el propio día en que iba a ser la formalización", recordó.
