El Juzgado de Garantía de Chillán dictó veredicto condenatorio contra un instructor de taekwondo identificado con las iniciales D.G.L., por tres delitos de trato degradante hacia tres alumnos en su escuela de artes marciales.
"Tonta, pava, llorona, débil", fueron insultos del sujeto contra una niña de ocho años en el contexto de clases que dirigió en el recinto deportivo Taekwondo Guerreros Sepul entre los años 2017 y 2018, frente a otros alumnos y apoderados.
Un segundo caso se produjo en el mismo período, donde el instructor humilló a un segundo niño de 10 años, a quien lo molestaba diciéndole que estaba gordo, provocando en diversas oportunidades su llanto, para luego tratarlo como "mamón" y "niñita".
La tercera denuncia se produjo por maltrato psicológico contra una menor de 14 años a quien le decía que "estaba gordita" y que "debía cerrar la boca". También a esta víctima la hizo llorar.
"Producto de estos tratos degradantes, las víctimas sufrieron estrés post traumático en un nivel de intensidad alto, según informes de una psicóloga del Servicio Médico Legal, quien precisó que en uno de los casos además hubo frustración deportiva y baja autoestima", indicó el fiscal Florentino Bobadilla.
El tribunal acogió las pruebas incriminatorias presentadas contra el instructor en un juicio simplificado, y fijó la audiencia de comunicación de sentencia para el 21 de abril.
El Ministerio Público solicita tres penas de 180 días de cárcel cada una, además de una inhabilidad por tres años y un día para ejercer su oficio cuando éste tenga relación directa y habitual con menores de 18 años, y también 60 días de asistencia a un programa de rehabilitación para maltratadores.
Delito "nuevo"
El fiscal Bobadilla destacó que este tipo de delitos son nuevos, se tipificaron en el año 2019 y hay muy poca jurisprudencia. Explicó que se crearon atendiendo las situaciones de vulnerabilidad que presentan los niños, niñas y adolescentes, así como adultos mayores y personas en situación de discapacidad.
Resaltó, respecto del delito de maltrato degradante, que "es importante que se considere como delito, pues son tratos que atentan contra la dignidad del ser humano y, en este caso en particular, viene a desmitificar la idea de que, porque se trata de un deporte que requiere disciplina, se pueda pasar por sobre la dignidad de los alumnos".
