Tres sujetos que fueron imputados por la fiscal del caso se someterán voluntariamente a las pruebas.
Entre los sospechosos hay un vecino y dos personas de su círculo de relaciones sociales.
La estudiante chilena fue asesinada el pasado 15 de julio a metros del edificio donde vivía en Buenos Aires.
El juez de instrucción penal Luis Zelaya ordenó exámenes genéticos a tres sospechosos por el crimen de la estudiante chilena Nicole Sessarego Bórquez, ocurrido el pasado 15 de julio en Buenos Aires.
Los sujetos son los tres imputados por la fiscal Ana María Yacobucci, quien después de una larga investigación de más de dos meses consideró acreditado el "estado de sospecha" sobre ellos e, incluso, pidió sus detenciones, informó el periódico Tiempo Argentino.
Pese a la petición de la fiscal, el juez Zelaya optó por asegurar que los sospechosos estuvieran "a derecho" y disponibles para la investigación, pero no los detuvo.
Los tres individuos se presentaron ante la Justicia cuando supieron que estaban siendo investigados y se ofrecieron voluntariamente a entregar muestras corporales para el examen de código genético.
Las muestras son importantes, pues en la escena del crimen, además de la sangre de la estudiante chilena, estaba la de su agresor, por lo que existe un perfil genético, que aunque incompleto, permitirá su comparación con un alto grado de certidumbre en caso de dar con algún sospechoso.
Si bien el caso se encuentra en secreto de sumario, según Tiempo Argentino uno de los requeridos por la fiscalía es un vecino "que vive a cinco cuadras del departamento en el que se alojaba Sessarego, con quien compartía estudios, a punto tal que existen indicios de que realizaron trabajos prácticos en conjunto".
Los otros dos pertenecen a su grupo de afectos y relaciones sociales, afirma la publicación.
