Oswaldo Payá aseguró que, "por dignidad", no han pedido una reunión con Bachelet.
"Es como decir: esta dictadura es buena y la de Chile fue mala", cuestionó.
El líder del disidente Movimiento Cristiano de Liberación Cubana, Oswaldo Payá, fustigó la decisión de la Presidenta Michelle Bachelet de no reunirse con su grupo cuando visite la isla en febrero y declaró que "por dignidad" su agrupación no lo ha pedido.
Payá declaró a El Diario de Cooperativa que hace unos años la embajada chilena dejó de tener relación con el grupo disidente de la isla lo que "para nosotros es un mensaje de que es un Gobierno que no quiere trato con nosotros, que nos desprecia".
"Y después de lo que hemos escuchado de que no tienen intención de reunirse con nosotros, por una cuestión elemental de dignidad no lo hemos pedido", agregó.
El dirigente desechó las explicaciones del Gobierno chileno sobre que por razones protocolares y diplomáticas no se estila que un visitante que es invitado oficialmente por otro país se reúna con la disidencia, diciendo que eso no es lo más importante.
Para Payá lo fundamental es el apoyo a un gobierno (el cubano) "que no respeta la mayoría de los derechos humanos, un gobierno no elegido democráticamente, es como decir que esta dictadura es buena y la de Chile fue mala, las dictaduras todas son dictaduras y en todas hay crímenes y sufrimiento del pueblo".
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| El líder disidente impulsa el proyecto Varela para que en Cuba se realice un referendo. |
Con respecto a la elección de Barak Obama en Estados Unidos, el líder de los disidentes declaró que "vemos con simpatía que el pueblo de los Estados Unidos haya podido elegir el cambio, nunca hemos apoyado el embargo ni ningún tipo de intervención ni ningún tipo de presiones".
La decisión de la Mandataria de no reunirse con la disidencia cubana cuando visite la isla en febrero ha levantado polémica en nuestro país, ya que la derecha recomendó a sus parlamentarios invitados marginarse mientras que el diputado DC, Patricio Walker, reúne firmas en el Congreso para lograr un proyecto de acuerdo que repudie la situación de los derechos humanos en Cuba.
