El Presidente, Sebastián Piñera, asistirá en enero a la Cumbre de la Celac en Cuba, donde buscará datos sobre el paradero de tres acusados del asesinato del senador UDI Jaime Guzmán, ante la presunción de que pudieran haber estado o permanecer en la isla.
Piñera buscará avanzar en las instancias cubanas que permitan que "los culpables del asesinato del senador Jaime Guzmán (...) cumplan su condena en Chile", señaló este lunes la portavoz de La Moneda, Cecilia Pérez.
La Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se efectuará el 28 de enero y a petición de los partidos oficialistas chilenos el mandatario requeriría una carpeta con antecedentes sobre el paradero de tres de los implicados en el asesinato del legislador, perpetrado en abril de 1991.
En la anterior reunión de Celac, realizada en Chile hace un año, Piñera solicitó al presidente cubano, Raúl Castro, "mayor cooperación" para facilitar la posible extradición de Raúl Escobar, Marcela Mardones y Alexis Soto, sindicados como autores de la muerte de Guzmán.
"Una magnífica oportunidad"
"El (próximo) viaje del presidente Piñera (...) ofrece una magnífica oportunidad para requerir del Gobierno cubano el estado de avance de las investigaciones que se comprometieron a realizar respecto de la presencia de los terroristas requeridos por el asesinado de Jaime Guzmán", dijo Patricio Melero, presidente del partido Unión Demócrata Independiente (UDI).
"Habiendo transcurrido un año, es de esperar que el Presidente Piñera pueda tener respuestas más definitivas y menos evasivas, como ha ocurrido hasta ahora", agregó Melero.
El timonel de la UDI también dijo que esta es una magnifica oportunidad para que "los seis diputados comunistas se pronuncien sobre este tema, de su compromiso con los derechos humanos, o si van a seguir avalando el compartimiento que Cuba ha tenido en esta materia".
Guzmán fue fundador de la UDI, era considerado uno de los principales ideólogos de la dictadura de Augusto Pinochet y participó en la redacción de la Constitución de 1980.
Su crimen fue reivindicado por una facción autónoma del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), brazo armado del Partido Comunista en la década de 1980, que optó por persistir en la violencia tras la recuperación de la democracia en Chile, en 1990.
Varios miembros del grupo, que cumplían penas de prisión por el crimen, huyeron a finales de 2006 en un helicóptero desde una cárcel chilena de alta seguridad.