Sólo 73 mil familias santiaguinas aportan recursos a la Iglesia a través de la campaña del "Uno por ciento" de los ingresos.
El cardenal y arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, reconoció que la Iglesia Católica no cuenta con los recursos necesarios para una acción evangelizadora más amplia. El prelado sostuvo que ello ha significado postergar la construcción de parroquias y otros proyectos importantes.
"Antiguamente, no existía el uno por ciento de contribución a la Iglesia. Año tras año ha ido aumentando la contribución de los fieles, naturalmente no tanto como nosotros quisiéramos porque tenemos muchos proyectos de evangelización, de entregar más capillas, más círculos de estudio sobre la Biblia, más acciones solidarias", señaló Errázuriz.
Agregó que "hay una desproporción entre las acciones evangelizadoras que queremos y los aportes necesarios para realizarlas".
Agregó que los aportes han aumentado "gracias a Dios" y explicó que "todavía hay algunas parroquias que postergaron su acción".
Aportar a la Iglesa "no es simplemente ayudar a una institución, es apoyar a una comunidad que tiene mucho entusiasmo por llevar el evangelio de Jesucristo y por ser más solidaria con el mundo de los pobres", enfatizó el arzobispo de Santiago.
Según cifras del Arzobispado de Santiago, los aportes a través del mecanismo que pide el uno por ciento de sus ingresos a los feligreses crecieron 8,8 por ciento en 2001; pero al año siguiente lo hicieron sólo en 0,64 por ciento, y en el año 2003 aumentaron en 1,9 por ciento.
El aporte del uno por ciento lo realizan sólo unas 73 mil familias, con cerca de dos mil pesos mensuales como promedio por cada una, en circunstancias que debieran ser muchas más. A ello, hay que agregar que las diócesis extranjeras han disminuido su ayuda a la Iglesia chilena.
Baja en número de católicos
Si bien las cifras son preocupantes, el director pastoral de la campaña "Uno por ciento" del Arzobispado de Santiago, sacerdote Juan Bagá, indicó que, aunque faltan recursos, es exagerado hablar de una crisis económica.
"Podemos decir, y es verdad, que no tenemos los medios que requiere una más profunda evangelización. No hay duda que la educación cristiana podría mejorar y debería mejorar. Hay muchos colegios donde falta infraestructura; hay obras de asistencia social, sea a los ancianos, a los pobres, a los centros que atienden drogadictos en las parroquias populares; hacer más capillas. Por lo tanto, no tenemos para todo lo que deberíamos hacer", aseguró.
Bagá admitió que esto se debe en parte a que el número de quienes se declaran católicos en Chile ha bajado desde de 76 por ciento en 1992 al 70 por ciento en 2000.
Influyen, además, -según dijo- problemas como las acusaciones de abusos deshonestos que pesan sobre algunos sacerdotes. "Hay gente que, con cierto simplismo, pretende como castigar a esta Iglesia que no da el ejemplo que debería dar, sin pensar que él es también Iglesia. Entonces, hay gente bastante poco madura en su fe que tiene a veces esa manera de reaccionar. Son pocos, gracias a Dios", explicó.
