El obispo se mostró a favor de evitar el "ensañamiento terapéutico", pero descartó apoyar cualquier forma de muerte asistida. Además, expresó su "dolor" por las violaciones en el Pequeño Cottolengo.
Alejandro Goic, presidente de la Conferencia Episcopal, expresó su total rechazo a legislar sobre la eutanasia directa, aunque se mostró abierto a evitar el "ensañamiento terapéutico".
"Decir que no quiero seguir viviendo... la Iglesia (Católica) está en contra del homicidio, pero también está en contra del suicidio", declaró.
En conversación con Entre Nueve y Una, el sacerdote manifestó que "si se trata de evitar el ensañamiento terapéutico, de prolongar indefinidamente eso, es otra cosa. Estamos de acuerdo en que se legisle todo lo que tenga que legislarse".
"Pero no la eutanasia directa, que yo decida cuando quiera morir", insistió.
Además, Goic llamó al diputado socialista Fulvio Rossi, uno de los impulsores del proyecto de ley original sobre derechos del paciente, a no buscar respuestas sobre el Evangelio, porque es como "pedirle peras al olmo".
"Quisiera decirle al diputado Rossi que en el Evangelio no hay muchas cosas. No se habla aborto, ni de eutanasia. Pero da valores y principios, y el fundamental es que todo ser humano es creado a semejanza de Dios, y por lo tanto su vida es sagrada y merece ser respetada de principio a fin", aseguró.
Caso Pequeño Cottolengo: "La Justicia ha dado su veredicto"
Goic también se refirió al caso del sacerdote Jorge Galaz, director del Pequeño Cottolengo de Rancagua, que en julio pasado fue declarado culpable de abusos en contra de dos menores con retraso mental severo, y que arriesga a una pena de hasta 20 años de prisión.
"Siento un profundo dolor frente a ese hecho, por el padre, por los niños que habrían sido abusados, por las familias y la obra misma", señaló el obispo de Rancagua.
Aunque "el hecho nos ha dolido y nos sigue doliendo", para Goic "la Justicia ha dado su veredicto y no queda otra que aceptar el fallo".
El sacerdote evitó opinar sobre la culpabilidad de Galaz, porque "no soy quien para juzgar".
"Lo que pasa en el corazón humano... ahí sólo penetra Dios. Fui a verlo después del fallo y ahí me volvió a reiterar su inocencia. Esos son los hechos", señaló. (Cooperativa.cl)
