Pablo Santa Cruz, de Médicos sin marca, reveló en Cooperativa regalos de laboratorios.
Aseguró que hay conflicto de interés en las relaciones entre doctores y empresas de fármacos.
Son pocos los médicos que no reciben a los visitadores, dijo Santa Cruz.
El siquiatra Pablo Santa Cruz, fundador de la organización Médicos sin marca, afirmó en Una Nueva Mañana en Cooperativa que hay clínicas que cobran a los laboratorios para permitir que ingresen a ellas los visitadores médicos que promueven sus fármacos.
Santa Cruz explicó la creación de esta organización como "una iniciativa que busca poner sobre la mesa un problema que nos parece de la mayor importancia y gravedad que afecta a la profesión médica en las últimas décadas y tiene que ver con la magnitud y el impacto de la influencia del marketing en las distintas decisiones que tomamos los médicos".
"En el tema de la Ley de Fármacos la intersección está en el efecto que tiene el marketing y las relaciones entre los laboratorios y los médicos en que se instalan conflictos de intereses, los efectos de esos fenómenos sobre las conductas de prescripción de los médicos y los costos que deben asumir los pacientes en sus tratamientos", agregó.
Lo que se busca evitar es que se produzcan relaciones interesadas entre ambas partes e incluso los centros asistenciales, porque según denunció Santa Cruz "las clínicas se benefician: hay clínicas que cobran a los laboratorios para permitir el acceso de sus visitadores médicos".
"Son pocos los médicos que no reciben a los visitadores médicos. El gran obstáculo es que los visitadores médicos son personas honestas y que necesitan sus trabajos", dijo el siquiatra.
Y también reveló algunas técnicas de los laboratorios para buscar que los médicos receten remedios de sus arcas: "Llevan regalos. Hay un par de anécdotas recientes: entradas para el recital de Paul McCartney, 'viajes educativos' a Isla de Pascua".
Según Santa Cruz, los profesionales de la salud deben saber que "no hay almuerzos gratis. Una de las primeras iniciativas que surgieron en torno a este tema en Estados Unidos se llamó precisamente 'no free lunch' para convencer a los médicos que no la industria farmacéutica no tiene un financiamiento filantrópico a cambio de nada".
