El terremoto de magnitud 8,2 Richter que el pasado 1 abril afectó el norte de Chile fue precedido "por una prolongada actividad sísmica", con un potencial de grandes terremotos, según un artículo publicado por la la revista Science.
"La prolongada actividad sísmica previa al terremoto de abril pasado fue parte de lo que se denomina un deslizamiento lento, esto es una ocurrencia similar a un terremoto pero que libera su energía a lo largo de meses o aún años", señala la publicación.
Los investigadores creen que la secuencia general de los acontecimientos comenzó en enero y hacia abril había completado los pasos finales de "un deslizamiento lento" que había comenzado en 2008.
Science reproduce un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Chile, el Centro Nacional de Terremotos de Italia, el Instituto de Física del Planeta en Francia, entre otros, y recuerda que "el área de Iquique no había experimentado un gran terremoto desde 1877".
"Desde el megaterremoto de 8,8 grados en 1877, la región de aproximadamente 500 kilómetros desde Arica a la península Mejillones ha tenido, relativamente, pocos acontecimientos sísmicos mayores, con sólo movimientos moderados de menos de 8 grados en 1933, 1967 y 2000", señala el artículo.
La metodología
Para entender la actividad que precedió al terremoto el 1 de abril los investigadores recolectaron datos continuos de geoposicionamiento satelital (GPS) de estaciones locales.
Los datos de varios sitios relacionados con grandes terremotos habitualmente no pueden obtenerse, porque su recolección requiere el montaje de una red especial de sismógrafos.
Sin embargo, se había montado una red de este tipo en la región debido a su alto potencial sísmico, explica el artículo.
Los científicos usaron este equipo para calcular el movimiento del suelo en alta resolución durante los meses previos al terremoto de abril y así documentaron una secuencia de acontecimientos que comenzaron en enero, incluido un movimiento de 6,7 grados en marzo, y varios terremotos siguientes que superaron los 6 grados de magnitud.
Algo especial de estas secuencias fue que los movimientos se desarrollaron dentro de una zona de acoplamiento bajo, que es típicamente una barrera para los acontecimientos sísmicos.
"Comparado con otros terremotos, como el de 2011" en Japón, "el tamaño y la duración de los acontecimientos precursores fueron únicos", apunta el artículo.