El Metro alcanza una densidad de seis pasajeros por metro cuadrado, una de las más altas del mundo, de acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Chile.
Como consignó El Mercurio, el nivel óptimo y tolerable para el uso del transporte público es de tres pasajeros por metro cuadrado, cifra muy lejana a la actual del metro capitalino.
El investigador y académico Alejandro Tirachini apuntó al Transantiago por esta situación, precisando que "el mayor uso del metro se explica por la tarifa integrada, porque la malla de buses se reacondicionó para alimentar el metro".
"Además, los buses dan un estándar de servicio menor al metro y la gente se banca el hacinamiento por un tiempo de viaje menor y más confiable", indicó.
"En el diseño del Transantiago se aplicó la disminución de tiempos de espera como criterio, pero eso se hizo en forma independiente al nivel de hacinamiento. En el diseño del sistema no se asumió como un costo social. Con eso la flota quedó subestimada, con menos buses. Y eso tuvo como efecto también que se hizo convenientes sacarles asientos a los buses para aumentar su capacidad", recalcó Tirachini.
En la investigación se comprobó también que los usuarios están dispuestos a generar traslados más largos a cambio de mayor comodidad, la que se asocia a viajar sentado. Por ejemplo, la mayor parte de los entrevistados eligió un viaje de 31 minutos por sobre uno de 19 para tener un asiento asegurado.
El director de Transporte Público Metropolitano, Guillermo Muñoz, planteó que se están tomando en cuenta este tipo de estudios para el rediseño del sistema, comprometido por el Gobierno para 2017.
"Hemos estado mirando la configuración y disposición de asientos en los buses, y lo que plantea el estudio del profesor Tirachini coincide con lo que hemos visto para avanzar en cantidad de asientos y mayor capacidad de los buses. Es importante porque nuestros usuarios valoran mucho esa disponibilidad", dijo.