Buses "oruga" del Transantiago se despiden de las calles tras cerca de 18 años

Publicado:
| Periodista Digital: Cooperativa.cl

Estas largas máquinas articuladas fueron usualmente criticadas debido a su deterioro, sus fallas y sus dificultades de movimiento.

"El radio de giro a veces no daba (para doblar), otras veces se quedaban atascadas en un paso bajo nivel, pero fue un aprendizaje", recuerdan expertos.

Buses
 ATON (referencial)

Los nuevos buses de características similares cuentan con tecnologías que ayudan a evitar los principales problemas que enfrentaron sus antecesores.

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Tras cerca de 18 años desde su implementación en las calles de la Región Metropolitana, los buses "oruga" del Transantiago se despidieron esta semana con su último recorrido: el bus modelo Volvo B9 SALF de la línea 271, perteneciente a la empresa Subus Chile.

La máquina detuvo sus operaciones por última vez pasadas las 23:00 horas del miércoles, tras completar su habitual recorrido entre Mapocho y la comuna de San Bernardo.

Con esto, se dio fin al paso de los buses articulados del exTransantiago, los que sin dudas marcaron una época en el transporte público de la capital, tanto por sus virtudes como las constantes críticas que recibió desde su implementación, entre ellas una tasa de panne diarios de 30 por ciento -según datos del 2015- y problemas para desplazarse por diferentes calles.

"Hubo problemas de operación. El radio de giro a veces no daba, otras veces se quedaron atascados en un paso bajo nivel, pero fue un aprendizaje para el transporte público mundial, respecto a que se podían hacer algunas cosas más eficientemente", aseguró a LUN Rafael Delpiano, académico de la Universidad de Los Andes.

Estas máquinas, según las estimaciones de los operadores, rinden un kilómetro por litro de combustible, lo que es tres veces menos que el rendimiento de 3,5 kilómetros por litro de un bus de 12 metros y que marca aún más diferencia con las tecnologías limpias de los actuales buses RED, que también cuentan con máquinas "oruga".

Entre otros puntos que diferencian a los buses antiguos con los actuales son la presencia de radares, sensores y pantallas para no chocar con elementos cercanos, lo que permite minimizar "puntos ciegos" de los conductores.

Cabe recordar que aunque el sistema de Transantiago se lanzó oficialmente en febrero de 2007, estas largas máquinas articuladas comenzaron a operar por la capital entre el 2005 y 2006.

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