El dirigente José Luis Flores asumió toda la responsabilidad por el intento de reocupación de los terrenos de la ex Toma de Peñalolén, así como el ingreso por la fuerza a las representaciones de Unicef y Noruega en Santiago, en medio de una protesta para exigir una solución habitacional.
Flores, quien permanecía detenido desde la víspera tras intentar quemarse a lo bonzo en la legación diplomática nórdica, quedó en libertad este viernes, luego de ser formalizado por los delitos de violación de morada, usurpación de terrenos y desórdenes públicos.
En la audiencia, el tribunal le prohibió acercarse a los terrenos de calle José Arrieta y al embajador, residencia o embajada de Noruega.
Durante el trámite procesal, Flores prestó declaraciones en forma voluntaria y se adjudicó toda la responsabilidad en el caso.
"Mi decisión en horas de la madrugada (del jueves) fue dar órdenes a los comités de allegados a que procedieran a la toma, (de acuerdo) a la planificación que existía y efectuar la acción de la embajada en Noruega y de las dependencias de Naciones Unidas, Unicef", indicó.
Consultado por la Fiscalía, Flores se negó a entregar detalles de a cuántas personas dio "la orden".
Durante la presentación del Ministerio Público se develó que Flores contrató de 10 buses de locomoción colectiva, por 25.000 pesos cada uno, para trasladar a las personas que participaron del intento de toma.
El fiscal Jorge Bitar indicó que ahora irán tras los pasos de quienes siguieron las órdenes de Flores, quien afirmó a la salida de la audiencia que las movilizaciones en Peñalolén continuarán y que pese a la prohibición judicial, irá nuevamente a los terrenos de calle Arrieta. (Cooperativa.cl)