Michael Bloomberg intentó prohibir su venta en restaurantes, pero la Justicia falló en contra.
Anunció que apelará y pidió a los locales vetar voluntariamente estos productos.
Bloomberg pide que se vendan "cantidades apropiadas para el ser humano", es decir, no más de 460 centímetros cúbicos.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, pidió este martes a los restaurantes de la ciudad que veten de forma voluntaria la venta de refrescos de tamaño gigante, un día después de que un juez estatal rechazara su propuesta en este sentido.
"Mientras se resuelve la disputa legal pedimos a los restaurantes que sean responsables y de forma voluntaria empiecen a servir cantidades apropiadas para el ser humano", dijo Bloomberg al visitar un local del centro de la ciudad que aplica, desde hoy, la medida.
El alcalde sufrió ayer, lunes, un duro revés judicial luego de que un juez estatal dijera que su propuesta de prohibir la venta de bebidas con altos niveles de azúcar y de más de 16 onzas (0,464 litros) era "arbitraria" y "caprichosa".
"Vamos a apelar la decisión de ayer del juez y estamos seguros de que al final vamos a ganar", declaró Bloomberg, quien aplaudió que personas como Greg, propietario de un restaurante del barrio de Midtown, hayan optado por vetar estas bebidas gigantes.
Los fabricantes de refrescos en EE.UU. denunciaron en los tribunales la propuesta del alcalde y crearon una coalición integrada por un millar de miembros llamada "Neoyorquinos por la libre elección en las bebidas" para recoger firmas contra el veto.
"Si queremos ser serios en la lucha contra la obesidad, tenemos la obligación de hacer algo y sería irresponsable quedarse de brazos cruzados cuando mueren al año 70.000 personas" en EE.UU. por males ligados a esta enfermedad, dijo Bloomberg al anunciar que apelará al fallo del juez.
"Niñera"
Para algunos ciudadanos esta nueva cruzada supone una intromisión en su esfera privada, de ahí que muchos neoyorquinos hablen ya de su alcalde como la "niñera Bloomberg" por sus pioneras y controvertidas medidas para mejorar la salud de la población.
Desde su llegada al poder en 2002, Bloomberg ha multiplicado los impuestos sobre el tabaco, ha prohibido fumar en restaurantes, parques públicos, piscinas, playas y lugares históricos, y ha declarado la guerra a la sal y las grasas saturadas.
