Universidades de Oxford y Oviedo entregaron un informe con los países con mejor banda ancha.
La velocidad recomendada es de 3,75 megabits por segundo y Chile cuenta con 1,3 de promedio.
Las universidades de Oxford y Oviedo realizaron un estudio acerca de la calidad de la banda ancha en distintos países y cómo ésta satisfacía la necesidad de los usuarios a la hora de navegar.
Utilizando los niveles reales de ancho de banda que tienen los usuarios alrededor del mundo a través de www.speedtest.net, el equipo de investigadores calculó promedios para cada país de acuerdo a parámetros para determinar la calidad del ancho de banda en una conexión.
Los autores del estudio consideran que la velocidad óptima para disfrutar adecuadamente de los servicios actuales de internet se sitúa en 3,75 megabits por segundo (Mbps) de bajada y un megabit por segundo de subida.
Con estas tasas, los usuarios pueden conectarse sin problemas a redes sociales como Facebook, ver videos en YouTube, compartir archivos y ver televisión por internet a baja resolución.
Según informó el Barómetro de la Banda Ancha, en Chile la velocidad promedio de navegación es de 1,3 megabits por segundo, casi un tercio de la rapidez recomendada. Esta cifra mejoró durante 2008, cuando los proveedores de internet aumentaron la velocidad de bajada. El año pasado, la media era de solo 700 kilobits por segundo.
Una de las conclusiones es que al aumentar la velocidad de la banda ancha, crecen las posibilidades de darle un uso más intensivo a las nuevas tecnologías, se genera una economía del conocimiento y se difunde el empleo de las tecnologías de información y comunicación (TIC), con los beneficios que ello conlleva.
Los expertos vaticinan que en un plazo de tres a cinco años, la velocidad ideal aumentará a 11,25 Mbps de bajada y cinco Mbps de subida. Según el estudio, en esas condiciones, las personas podrán tener redes sociales visuales, ver videos de alta definición en vivo, masificar la telepresencia y compartir grandes archivos.
La velocidad de subida es clave, pues permite enviar información a los servicios web. Por ejemplo, para subir fotos o videos a redes sociales, lo que importa es la rapidez con que la conexión es capaz de enviar datos. En el caso de las videoconferencias, la velocidad de envío determina la calidad de la imagen.
Actualmente, sólo Japón, con una media de 16,1 Mbps de bajada y 7,2 Mbps de subida, supera esa cantidad. Los otros países con mayor ancho de banda son Suecia y Holanda.
"Como el estudio encontró una correlación significativa entre la calidad de ancho de banda de un país y sus avances en la economía del conocimiento, los políticos deberían considerar cómo mejorar los parámetros de banda ancha de sus naciones en el futuro", explicó Alastair Nicholson, de la Universidad de Oxford.
Como conclusión, los académicos aconsejaron a los distintos actores involucrados. "El gobierno debe establecer una agenda con objetivos para disponibilidad, penetración y calidad. Además, debe favorecer las inversiones y la diversidad tecnológica", concluyó el estudio.
"Las empresas que prestan el servicio deben construir una marca y un modelo del negocio basado en la calidad como elemento diferenciador, mientras que los usuarios deben contar con dispositivos actualizados y realizar pruebas regulares de la velocidad de conexión", finalizó el estudio.
Pablo Bello, subsecretario de Telecomunicaciones, prefirió ver el vaso medio lleno en el informe. "Me parece muy interesante, pues aparecemos mejor ubicados que varios países de la región como México y Brasil, y algunos de la OECD como Turquía", dijo a Cooperativa.cl.
Sobre las medidas propuestas por los expertos, Bello dijo que "lo que estamos haciendo en el Gobierno apunta en la misma dirección. La Subtel está destinando 80 millones de dólares para llevar redes de conectividad donde no hay oferta de servicios, lo que beneficiará a tres millones de chilenos".
El subsecretario reconoció que "tenenos un desafío muy importante en la calidad. Es indispensable aprobar el proyecto de ley de 'neutralidad de la red' para que la competencia se traduzca en calidad de servicio para los usuarios, quienes deben reclamar para hacer valer sus derechos".
