En el mundo hay más de 42 millones de niños obesos o con sobrepeso.
Les espera en la adultez padecer males como infartos, cáncer y diabetes, alertó el organismo.
Más de 42 millones de niños menores de cinco años que son obesos o sufren de sobrepeso, en una tendencia mundial que va en aumento y se debe, en parte, al bombardeo de publicidad de productos poco saludables dirigida a los niños, según acusó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"La dieta malsana es un factor de riesgo clave en las enfermedades no transmisibles que puede modificarse, pero actualmente, a nivel mundial, la mayoría de los mercados ofrece una amplia variedad de alimentos y bebidas ricos en grasas, azúcar o sal", advirtió la OMS en un conjunto de recomendaciones destinado a orientar a los distintos países en sus políticas sobre los mensajes publicitarios de alimentos dirigidos a los niños.
"La obesidad infantil se está incrementando, y lo peor es que 35 millones de los 42 millones de niños obesos viven en países en vía de desarrollo", señaló el doctor Tim Amstrong, coordinador de la OMS en materia de prevención.
El especialista destacó que, en el creciente contexto de la globalización, los niños de todo el mundo están sometidos a publicidad y otras formas de mercadotecnia de alimentos y bebidas ricos en grasas, azúcar o sal, incluso con técnicas que consiguen llegar a los menores en escuelas y guarderías, como el uso de rostros de personajes famosos, mascotas o la asociación con actividades filantrópicas.
El experto recordó que un niño obeso será un adulto enfermo con males no transmisibles como los cardiovasculares, el cáncer, la diabetes o enfermedades respiratorias crónicas, que causan el 60 por ciento de las muertes a nivel mundial.
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| La mayor parte de los casos de obesidad infantil se da en países en vias de desarrollo. |
Recomendaciones
Frente a este panorama, la OMS realizó una serie de recomendaciones de carácter general con el objetivo de orientar las políticas nacionales para reducir el impacto de la promoción de estos alimentos.
Lo fundamental es disminuir la exposición de los niños a la publicidad, ya sea restringiendo toda promoción de productos ricos en grasas, azúcares y sal, o legislando, por ejemplo, sobre canales u horarios televisivos en este sentido.
También recomendó la OMS que los entornos donde se reúnen niños, como colegios, lugares de juego u otros, estén libres de toda forma de promoción de estos productos nocivos.
