Astronauta chileno viajará al espacio con quien lo lleve primero, Rusia o EE.UU.

Publicado:
Autor: Cooperativa.cl

Klaus von Storch está listo para ir a la Estación Espacial Internacional en cualquier momento y ser el primer chileno en órbita. El problema es quién lo lleva, y los ex soviéticos son la posibilidad más cierta.

Llévatelo:

Por Claudio Cuevas ccuevas@cooperativa.cl

 

Para Klaus von Storch, no importa el cómo ni el cuando, sino dónde. Tiene claro que su destino es el espacio exterior y que su sueño, a los 43 años, no es una fantasía de niño, sino que una misión que cumplirá a bordo de la nave que pueda llevarlo lo antes posible más allá de la atmósfera terrestre.

 

Para el "astronauta chileno" -en realidad es postulante- es fácil ejemplificar su actual situación. Está preparado y sabe dónde va, el punto es cómo trasladarse: "Es como viajar en micro o en taxi. Tienes las dos opciones, pero al final da lo mismo, lo importante es que llegues".

 

La micro o el taxi en cuestión actualmente son de propiedad de Estados Unidos y Rusia.

 

Cuando se conoció el proyecto del primer chileno en el espacio, a fines de la década de 1990, Klaus era aún piloto activo de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) y trabajaba en conjunto con la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio del país norteamericano (NASA) en su preparación para convertirse en astronauta.

 

Sin embargo, el proyecto se fue aplazando y Von Storch comenzó a cumplir el papel de vicepresidente de la Corporación AstroChile, el organismo detrás de las investigaciones que pretende llevar al espacio cuando llegue a su destino, la Estación Espacial Internacional (ISS, por su sigla en inglés).

 

El problema de los transbordadores

 

El principal retraso en los planes de Von Storch los provocó la crisis que vivió la NASA tras la tragedia del Columbia, que estalló al momento de volver a tierra el 1 de febrero de 2003.

 

El accidente provocó un gran déficit en el programa de transbordadores, que estuvo paralizado por dos años, y que podría superar los 6.000 millones de dólares entre 2006 y 2010, fecha en que está previsto el reemplazo definitivo de este tipo de nave espacial.

 

El accidente del Columbia permitió detectar una serie de fallas en los transbordadores en especial en las lozas protectoras de las naves, lo que hizo imposible que misiones del Atlantis programadas para 2005 se llevaran a cabo y que obligaron a postergar de marzo a mayo de 2006 la próxima misión del Discovery.

 

Los problemas de la NASA obligaron a que las miradas de Klaus y Astro Chile cambiaran de rumbo. Y el objetivo fijado fue Rusia, que actualmente hace constantes viajes hasta la ISS a través de la nave Soyuz.

 

"Lo peor que pudo pasar fue lo del accidente del Columbia, que retrasó todo", comenta el comandante, por lo que la aventura con los estadounidenses aparece ahora más lejana y la rusa, incluso sólo a un año.

 

Esto porque la posibilidad más cercana de viaje es la de la ex Unión Soviética, desde donde parten naves a la Estación Espacial dos veces al año: entre octubre y noviembre y entre marzo y abril.

 

Incluso nuestro "astronauta" podría viajar en la salida de octubre de este año, pero hay una serie de condiciones específicas para llevar adelante los experimentos que lo hacen más probable para marzo de 2007, aunque podría ser "hasta dos años más tarde", dependiendo de los avances en las reuniones con las autoridades rusas y de los demás países involucrados en la ISS, que continúan durante el primer semestre de 2006. "Por uno, que fuera mañana", reconoce Klaus, sin ocultar su ansiedad.

 

Von Storch ya ha practicado en la nave Soyuz, al igual que otra decena de astronautas estadounidenses lo hacen en Rusia, mientras europeos lo hacen en el gigante de Norteamérica. La lógica de que da lo mismo viajar en taxi o micro se aplica en todos lados. "Hay astronautas estadounidenses en Rusia preparándose para viajar en la nave Soyuz, así como hay rusos en América trabajado en los transbordadores", explicó.

 

Ya ha realizado algunas horas de ejercicios para abordar la nave Soyuz, aunque no sólo en territorio ruso, sino que en diversas partes del mundo. Así, realizó la prueba centrífuga en Burdeos, Francia.

 

No vamos de paseo

 

¿Y que vas a hacer? Es una pregunta importante, o por lo menos así lo juzga el propio comandante. "La gente cree que uno va a pasear o algo así", comentó, pero explicó que hay una serie de experimentos, algunos que ya cuentan con apoyo internacional, que están pensados para que los lleve a cabo en su futura estadía

 

El que más destaca es el del estudio desde el espacio exterior de la contaminación ambiental, en particular la del aire. "Cada año el Estado gasta 200 millones de dólares para combatir las enfermedades respiratorias y los efectos del smog", recuerda Von Storch.

 

Ante este problema, universidades chilenas, alemanas y entidades estadounidenses se crearon el proyecto Lasae, un sistema láser que se instalará en una estación espacial que vigilará la contaminación en distintas partes del mundo, incluyendo a Santiago.

 

El proyecto es dirigido por dos destacados científicos chilenos, doctores en física Ignacio Olivares y Francisco Javier Duarte, y quien estaría a cargo de llevarlo a la ISS es Von Storch.

 

El sistema permitirá recibir datos del comportamiento ambiental al medir la capa de partículas contaminantes sobre la Región Metropolitana y el mundo, creando simulaciones computarizadas de los escenarios de contaminación, con lo que se tendrían predicciones utilizables para futuras medidas ambientales y proyectos contra las poluciones.

 

Otro de los proyectos más importantes son la Interacción Visual-Vestibular en el Tronco Cerebral en Condiciones de Microgravedad. De nombre complejo, la iniciativa pretende investigar la influencia que puedan tener en ciertos factores, como la concentración y la memoria, los efectos de condiciones mínimas de gravedad en el cuerpo humano, sus músculos, sistema inmunológico y óseo, el comportamiento del sueño, la circulación y el equilibrio. Este último punto concitó el interés de Alemania, que ya puso a disposición de los investigadores chilenos un millón y medio de dólares.

 

El director del proyecto es el doctor José Luis Cárdenas Núñez, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago (Usach) e investigador del Centro de Medicina Aeroespacial de la FACh.

 

En la estación espacial Von Storch deberá dormir con un casco acondicionado con dos cámaras que registrarán el movimiento de sus ojos durante las fases del sueño, para reflejar el comportamiento del cerebro.

 

También tendrá adosados sensores para analizar el flujo sanguíneo. Con la información recopilada se podrán desarrollar nuevos medicamentos que permitan disminuir el tiempo de adaptación del organismo a un estado de ingravidez, mejorando los rendimientos operativos en vigilia de la tripulación.

 

"La idea es demostrar que en Chile hay talento" y posicionar al país en una carrera en que se está muy atrasado, como es la del desarrollo científico, explicó el comandante.

 

El episodio de las "chinitas" se le viene a la cabeza, en referencia a las estudiantes del Liceo 1 de Niñas que idearon un experimento para estudiar el comportamiento de estos insectos en condiciones de microgravedad, dado que las larvas y los adultos actuaban eficientemente depredando pulgones, ácaros, chanchitos blancos y conchuelas en la superficie terrestre.

 

"Yo acompañé a las niñas en el extranjero y les daban instrucciones a doctores de la NASA. Y sólo cuando llegaron de vuelta a Chile se dieron cuenta de lo que habían hecho", comentó Von Storch.

 

La larga espera no ha aminorado los ánimos del comandante y está seguro que los próximos meses serán definitorios. De todas maneras, tiene claro un concepto para mantener la calma: la edad de los astronautas oscila entre los 45 y 55 años, por lo que aún está a tiempo. (Cooperativa.cl)

LEER ARTICULO COMPLETO

Suscríbete a nuestro newsletter

Lo mas
Simplestats by Prontus