El ministro en visita Haroldo Brito condenó a 14 integrantes de la desaparecida Central Nacional de Información (CNI) por el asesinato del periodista José Carrasco Tapia, ocurrido en 8 de septiembre de 1986, en represalia al atentado que el día anterior había sufrido el ex dictador Augusto Pinochet.
A 18 años de presidio fue condenado Alvaro Corbalán Castilla, mientras que otros 13 ex CNI recibieron distintas penas en la causa que investigaba además los homicidios de los profesionales Felipe Rivera, Gastón Vidaurrázaga y Abraham Muskablitt.
Todos fallecieron en las horas que siguieron al atentado perpetrado por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) en la cuesta Achupallas del camino El Melocotón.
El resto de los agentes sentenciados por Brito son los siguientes:
Jorge Vargas Bories e Iván Quiroz: a 13 años por la muerte de Carrasco y Muskablitt
Pedro Guzmán Olivera y Gonzalo Mass del Valle: ocho años por la muerte de Rivera
Krantz Bauer, Jorge Jofré y Juan Jorquera: ocho años por el asesinato de Vidaurrázaga
Víctor Lara Cataldo y René Valdovinos: cinco años y un día por el homicidio de Rivera
A cinco años de presidio también fueron sentenciados:
Víctor Muñoz Orellana
Eduardo Chávez Baeza
Carlos Alberto Fachinetti
José Ramón Meneses
Ninguno de los 14 ex integrantes de la CNI recibió beneficios por parte del ministro Brito.
El juez también condenó al Fisco a pagar 250.000.000 de pesos a cada uno de los siete familiares directos -viudas, padres o madres- de las víctimas que presentaron la demanda.
La orden de Gordon
Horas después del atentado a Pinochet, el director general de la CNI, general Humberto Gordon, recibió la instrucción de vengar el frustrado ataque.
Gordon se trasladó al cuartel Borgoño e instruyó al jefe operativo, Alvaro Corbalán, para que como revancha se matara a una persona por cada uno de los cinco escoltas presidenciales que murieron.
"Queda establecido en el proceso que se actuó con órdenes que al menos provinieron del director de la Central de Nacional de Informaciones de la época, que al tiempo de su muerte estaba procesado como autor de estos delitos", comentó el juez Brito.
"Corbalán era el comandante del cuartel al cual pertenecían los autores, y evidentemente en su condición de tal, él tenía absoluto control sobre los actos de sus subalternos, dispuso las salidas con este propósito e incluso insistió en la comisión de estos hechos", añadió el magistrado.
El abogado defensor de Alvaro Corbalán, Enrique Ibarra, quien defiende también a otros cuatro ex agentes, señaló que la alta sanción al mayor (r) no sorprende, pero sí la que se dictó a resto de los imputados.
"La verdad de las cosas es que existen un montón de circunstancias atenuantes que debieron considerarse, que es lo que siempre tuvo en cuenta el hoy día ministro de la Corte Suprema Hugo Dolmestch", dijo Ibarra.
El jurista indicó que el hecho de que hayan confesado, además de la "irreprochable conducta anterior, constituyen dos atenuantes y "vamos viendo otras más que se invocaron, hay que leer con calma el fallo y apelarlo, no queda otra".
Por su parte, la abogada querellante por parte del Consejo de Defensa del Estado (CDE), María Inés Horvitz, aseguró que en la historia de Chile estos asesinatos quedarán como la venganza por el atentado a Pinochet. (Cooperativa.cl)