 Sadam Husein mantuvo su entereza hasta el último minuto. (Foto: EFE) |
"Me sacrifico. Si Dios lo quiere, ordenará situarme cerca de los mártires y los verdaderos hombres". Con estas palabras dirigidas al pueblo de Irak, Sadam Husein (1937-2006) enfrentó su condena a muerte.
Su ejecución marca el fin de un proceso judicial que se inició el 13 de diciembre de 2003, cuando soldados estadounidenses lo encontraron escondido en un pozo de menos de dos metros de profundidad en Tikrit, en plena guerra y a poco meses de su derrocamiento.
Militar y político
Sadam Husein, un musulman sunita, a diferencia de la mayoría de su pueblo, de orientación chiíta, nació en la zona de Tikrit el 28 de abril de 1937, en una aldea cercana al río Tigris.
Uno de los primeros hechos militares que marcaron la vida de Husein fue cuando en 1959 formó parte del operativo armado para atentar contra el primer ministro de la época, Abdel Karim Kassem.
El ataque contra el premier fracasó rotundamente, dejando a Sadam herido en una pierna y con una sentencia de muerte, de la que escapó a través de un exilio forzado en Egipto.
Allí, el mandatario Gamal Nasser aceptó la llegada de Husein y lo ayudó a ingresar a la Universidad de El Cairo, donde estudió derecho.
En 1974 se convirtió en el hombre fuerte del Partido Arabe Socialista (Baas).
Las guerras de Sadam
En 1979, cuando ya era presidente de Irak, construyó un régimen autoritario en que su imagen estaba en todos los rincones del país. Cuadros, pinturas, estatuas y un sinnúmero de fotografías de Sadam daban cuenta de su poderío.
En 1980 declaró la guerra a Irán por la ambición que existía por los pozos petroleros ubicados en la frontera. En esta guerra Irak contó con el apoyo de Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética, preocupados por el efecto de la Revolución Islámica en Teherán.
 Tras la Guerra del Golfo, Sadam debió dejar Kuwait. (Foto: EFE) |
En 1990 invadió y se tomó Kuwait, lo que motivó una reacción de sus antiguos aliados occidentales, lo que derivó en la primera Guerra del Golfo. A comienzos de 1991, tras ser derrotado -principalmente- por las fuerzas de George Bush padre, debió dejar el emirato y afrontar las consecuencias económicas y sociales de una frustrada invasión.
En 2000 recrudeció la enemistad entre Estados Unidos e Irak, lo que llevó tres años más tarde a George W. Bush a invadir Irak sin la venia de Naciones Unidas (ONU), bajo el argumento de que Husein escondía "poderosas armas químicas", las que jamás fueron encontradas.
"Se está agotando el tiempo para Sadam Husein. Debe desarmarse. Estoy harto de sus juegos y engaños", aseguraba Bush antes de atrapar a su archienemigo.
En tanto, en el Reino Unido el primer ministro Tony Blair aseveraba que Londres estaba dispuesto a "pagar con sangre" su alianza con la Casa Blanca con tal de intervenir Irak, atrapar a Sadam Husein y juzgarlo.
Su captura y juicio
 El 13 de diciembre de 2003 Sadam Husein fue encontrado en un pozo de Tikrit luego de varias semanas de búsqueda. (Foto: EFE) |
El 13 de diciembre de 2003 el mundo conoció de la captura de Sadam Husein, atrapado por
marines en las inmediaciones de Ad Daur, 15 kilómetros al sureste de su natal Tikrit.
La operación denominada "Amanecer rojo", a cargo de 600 militares, fue la que permitió la detención del otrora líder iraquí, quien estaba escondido en un pozo con una maleta con 750.000 dólares.
"El tirano está preso", informó en esa oportunidad Paul Bremer, administrador civil de Estados Unidos en Irak.
Después de poco más de tres años desde su captura, Husein fue condenado a morir en la horca, acusado por la ejecución de 148 chiítas.
También se le atribuyen el ataque químico a Halabja, las fosas comunes en Bagdad y la invasión de Kuwait en 1990.
"Para las víctimas, la condena representa un grado de justicia que muchos pensaron que no llegaría jamás", declaró George W. Bush al conocer la sentencia, ratificada por los máximos tribunales iraquíes, acusados de tener una resolución tomada antes incluso de revisar el fallo. (Cooperativa.cl)