Sin chascarros, pero con más de un momento tenso e incómodo para los animadores transcurrió la ceremonia de entrega de los Premios Altazor 2009, que se desarrolló en el Teatro La Cúpula del Parque O'Higgins.
Los inconvenientes empezaron recién iniciada la gala, cuando un manifestante vestido con un overol azul llegó hasta el escenario interrumpiendo a los maestros de ceremonia -Felipe Bianchi y Esperanza Silva- con el objeto de entregar un extraño y enérgico mensaje de contenido cristiano, que causó impaciencia y nerviosismo a la actriz.
Pocos minutos más tarde, y tras ser premiado en la categoría de música rock, Mauricio Redolés abogó por la despenalización de la marihuana, llevándose la primera ovación de la noche.
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Mauricio Redolés. |
El tono de los discursos iba a endurecerse un poco más cuando Don Rorro -vocalista de Sinergia, y quien oficiaba como presentador de los nominados de música docta- sacó un papel y emplazó duramente a los senadores del país a no aprobar las modificaciones a la Ley de Propiedad Intelectual que, a su juicio, harían aún más difícil la subsistencia de los artistas.
Las expresiones más partidistas llegaron poco después de la mano del actor Roberto Farías, quien, premiado por su trabajo en la obra de teatro "Clase", habló de las diferencias en la calidad de la educación para los ricos y pobres, dedicando además su premio "a los actores que sufrieron en la dictadura".
El cineasta Ignacio Agüero -premiado en categoría mejor dirección documental por "El diario de Agustín" (filme sobre la actuación del diario El Mercurio durante los años de la dictadura)- hizo lo propio al dedicar su triunfo a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Sin embargo, la expresión más llamativa fue la que realizó, el hermano del pintor Iván Navarro -triunfador en la categoría instalación y video arte por "¿Dónde están?"- quien, llamó explícitamente a "no votar por Piñera", recibiendo una cerrada ovación de parte de la concurrencia.
Una vez interrumpida la transmisión televisiva por cortes comerciales, Felipe Bianchi aprovechó la anécdota para bromear señalando que esta sería la última versión de los premios que transmitiría Chilevisión, casa televisa que pertenece al cuestionado empresario.