Conozca cómo funcionan los bancos del tiempo en Chile
Operan como los bancos tradicionales pero en ellos se transan horas de trabajo.
En el país existen hasta el momento tres sucursales de estas organizaciones.
Operan como los bancos tradicionales pero en ellos se transan horas de trabajo.
En el país existen hasta el momento tres sucursales de estas organizaciones.
Favor por favor. Esa es la base del intercambio que se produce entre los cuentacorrentistas del Banco del Tiempo, una iniciativa que funciona en Europa y Estados Unidos hace cerca de treinta años y que, al parecer, llegó a Chile para quedarse.
En nuestro país, la corporación Cívica es la organización responsable de este proyecto, que pretende no sólo generar un intercambio entre miembros de las comunidades participantes, sino también potenciar la participación y la articulación entre las personas para construir una sociedad civil más activa.
"Hace casi ya tres años empezamos a ver qué tipos de proyectos podíamos comenzar a desarrollar y nos encontramos, por cosas del destino, con esta iniciativa que se estaba desarrollando hace mucho tiempo con mucho éxito en Estados Unidos y en Europa y de la que no existía ninguna experiencia ni en Chile ni en Sudamérica", relata Mauricio Dorfman, director ejecutivo de Cívica.
Posteriormente, la organización contactó a las principales instituciones del mundo relacionadas con los bancos del tiempo como el Time Dollar de Estados Unidos, el Time Bank de Inglaterra y la Asociación Familia y Salud de Barcelona. "En noviembre del año 2005 nos invitan a participar a una jornada mundial de los 'bancos del tiempo en Barcelona, vamos y nos damos cuenta que esto es un movimiento súper potente a nivel mundial y que es muy exitoso", señala el ejecutivo.
Sucursales en sedes vecinales y juveniles
Una vez de regreso en Chile, un equipo de Cívica formado por sicólogos, antropólogos, periodistas, abogados e ingenieros, emprendieron la tarea de adaptar la iniciativa a la realidad chilena. "Principalmente, estaba el mito de que la gente no participa, que no está ni ahí'", indica Dorfman. "Pero no es que no participe, sino que no existen muchas oportunidades, pero cuando tu le llevas una instancia, la gente está ávida de hacerlo, pero hay que ir armando y tejiendo esas instancias", agrega.
Las sucursales del Banco del Tiempo se instalan en sedes de organizaciones preexistentes, como por ejemplo, una junta de vecinos, un club deportivo, un sindicato, una parroquia o una organización no gubernamental que exista en el barrio, lugar al que se lleva toda la infraestructura necesaria para su funcionamiento y en el que se elige a los agentes', es decir a los vecinos que serán responsables de la cotidianeidad de esa sucursal. "Si bien este no es un banco comercial, funciona bajo la dinámica de los bancos, pero la diferencia es que aquí los vecinos y vecinas en vez de acercarse y depositar plata, lo que depositan es tiempo, habilidades, servicios", señala Dorfman. "La contraprestación que ellos reciben es que tienen a su disposición las habilidades y los servicios del resto de los vecinos y vecinas que se han inscrito", añade.
A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos o en Europa, después de cerca de seis meses de instalada la sede, el modelo nacional del Banco del Tiempo transfiere completamente la sucursal a la comunidad en la que está inserta. "En Europa, lo que se hace es que quedan al alero de las municipalidades, por lo tanto, se instala en el interior de la municipalidad, está un poco monitoreada por esa municipalidad y esa municipalidad tiene injerencia sobre ella, es decir, es una cosa mixta", explica el ejecutivo. "Nosotros, si bien, hacemos alianzas con distintas organizaciones, con municipalidades y organismos del Estado, en el fondo es para que ellos sean coadyuvantes de proveer de los fondos necesarios para la implementación, que nos ayuden en el trabajo territorial, pero hemos hecho la apuesta jugada de transferir las sucursales completamente a la comunidad y que después queden completamente administrada por ella para que dure lo que ellos quieran que dure esta experiencia en esa comunidad", agrega.
Cómo ser cuentacorrentista
Con setenta inscritos se inauguró la semana pasada en el barrio El Belloto Sur de Quilpué la primera sucursal del Banco del Tiempo ubicada fuera de la capital y la tercera en nuestro país. Las dos primeras experiencias se implementaron hace más de un año en las sedes de la junta de vecinos de la villa Santa María y Las Torres 3 de la comuna de Peñalolén. "Hoy día, están funcionando con mucho éxito, con mucha participación de parte de los vecinos, existen más de 100 cuentacorrentistas, es decir, vecinos y vecinas que se encuentran inscritos en las sucursales, y además, hay un alto número de horas de servicio efectivamente transado", comenta Dorfman.
Para ser cuentacorrentista de un Banco del Tiempo, sólo basta saber qué servicio se ofrecerá y acercarse a la institución. "Por ejemplo, si eres vecino de la sucursal El Belloto Sur en Quilpué, tú vas, conversas con quien es el responsable, por ejemplo Gladys, que es agente de esa sucursal, y le dices 'Mira, yo quiero ser miembro del Banco del Tiempo'", explica el ejecutivo. "Ella te va a contar en qué consiste, tú vas a llenar una pequeña ficha de inscripción, vas a firmar el reglamento que son doce principios de cómo funciona y en el que te comprometes a respetar el funcionamiento", agrega.
Posteriormente, el agente le entrega al nuevo cuentacorrentista el listado de todos los miembros con sus servicios, habilidades y sus datos de contacto, así como también le da su chequera- tiempo, con la que pagará los servicios prestados. "Por lo tanto, cuando tu necesites un servicio, vas a ver tu listado y vas a llamar por teléfono directamente a la persona. Después yo te hago la clase por ejemplo y tu me pagas con un cheque-tiempo que lo llenas con mi nombre, las horas de tiempo que te di y yo después tengo la obligación de llevar todos los cheques que reciba una vez al mes, al menos, a la sucursal para a depositarlos en mi cuenta corriente de tiempo ", señala Dorfman. De este modo, los agentes también pueden llevar un control de las horas que se transan en la sucursal.
Dentro de este sistema, todos los servicios valen lo mismo, por lo que también la oferta es muy variada y va desde arreglos eléctricos, clases de matemáticas, toma de presión y enfermería hasta enseñanza de astronomía para niños, reiki, asesoría de imagen y uno de los más requeridos: el pago de cuentas.
Proyección
El interés que ha despertado el sistema en las comunidades en las que funciona y en otras organizaciones ha llevado a que el 2008 sea el año de crecimiento y proliferación de la iniciativa en otros barrios. "Esperamos inaugurar, de aquí a 30 días, tres sucursales más en virtud de una alianza que hicimos con el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), que tiene una red de Infocentros a nivel nacional", señala Dorfman. "Aquí las instalamos en el Inforcentro que tiene en Injuv en Puente Alto, en el sindicato número uno de la ex papelera; en Macul, en el Infocentro que está dentro del Club Deportivo Santa Julia y en la Unidad Vecinal número 32, de Conchalí", agrega. Además, en virtud de una alianza establecida con la Corporación Participa, se está comenzando a trabajar en el barrio San Vicente, de la comuna de Santiago para abrir otra sucursal que se espera esté funcionando plenamente a fin de año, además de estar en contacto con otras comunidades interesadas en llevar esta experiencia a sus propios barrios.
"Nosotros estamos convencidos de que esta puede ser una herramienta útil para vecinos que vivan en La Florida, Puente Alto o en Arica o en Puerto Montt o en Vitacura o en cualquier barrio de Chile", afirma Dorfman. "Nuestra apuesta es poder instalar la mayor cantidad de sedes posibles en la mayor cantidad de barrios y, obviamente, después éstas se puedan interconectar entre ellas para armar una red mucho más potente de bancos del tiempo."