Ingenieros de la Universidad Católica desarrollaron una tecnología de punta para reducir los efectos adversos de las vibraciones por terremotos en edificios, mediante el uso de sistemas de segunda generación de disipación de energía.
Estos dispositivos reducen la energía que el sismo trasmite a los edificios.
"La gracia de estos disipadores es que no sólo son útiles para la protección de edificios en altura, obras civiles e industrias y equipos, sino también se usarán en nuevas aplicaciones a pequeña escala en áreas como la ingeniería biomédica, donde tienen usos en problemas de origen traumatológico, en el diseño de prótesis, o el tratamiento de aneurismas, por ejemplo", señala el profesor Juan Carlos de la Llera, director del proyecto.
Para desarrollar esta innovadora tecnología, el ingeniero y su grupo del Departamento de Ingeniería Estructural y Geotécnica de la UC, investigaron compuestos elastoméricos (goma natural) de alto amortiguamiento, como materia prima para aisladores, que luego se combinan con láminas de acero, y se disponen en forma de torta.
Muestra de ello es el disipador magnetorreológico (que usa un fluido que se transforma en muy viscoso, si se somete a un campo magnético) conectado a un amortiguador de masa sintonizado, que, instalado en lo alto de un edificio, actúa sobre un péndulo, y compensa, en fracciones de segundo, el movimiento del edificio provocado por un terremoto.
Uno de los disipadores de energía se instaló también en la torre Titanium, ubicado en La Portada de Vitacra, que tendrá 192 metros de altura, 52 pisos y su fecha de entrega está estimada para mediados de 2009.
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La Torre Titanium, ubicada en La Portada de Vitacura y que estará lista a mediados de 2009, cuenta con una tecnología antisísmica. |
El dispositivo que se instaló en este edificio disipa la energía por fluencia de un metal.
Si el terremoto es muy grande, el dispositivo se puede dañar, pero el edificio permanece intacto. Luego se cambia por uno nuevo.
Exportar el proyecto
Lo que pretenden los ingenieros ahora, con los recursos del proyecto Fondef 2008, es llevar todos estos productos y soluciones fuera de Chile, a Perú, Ecuador, Venezuela, Colombia, México.
"Tenemos por ejemplo muy afinado el producto de los aisladores sísmicos y un conocimiento muy acabado de los elastómeros y sus componentes, lo que queremos ahora es sacar nuestras soluciones afuera y venderlas como producto final de mayor valor agregado", concluye de la Llera.
Entre otros aportes, también han desarrollado sistemas de protección para viviendas sociales, sistemas friccionales, fabricaron el primer aislador con corazón de plomo en Chile, y diseñaron el aislamiento sísmico de la Clínica San Carlos de Apoquindo entre otros.
Además, se encuentran el nuevo hospital de la Universidad de Los Andes, el de la Asociación Chilena de Seguridad de Viña del Mar, los nuevos futuros hospitales en La Florida y Maipú, y el primer muelle en el mundo con aislamiento sísmico, de 800 metros de longitud, en Coronel.