Santiago enloqueció al ritmo de las canciones de Aerosmith
La agrupación se presentó ante más de 25.000 personas.
Su visita se enmarcó en la celebración de sus 40 años de carrera.
La agrupación se presentó ante más de 25.000 personas.
Su visita se enmarcó en la celebración de sus 40 años de carrera.
Un marco de más de 25.000 personas fue el que disfrutó a más no poder de la presentación que Aerosmith realizó la noche del martes en Santiago.
Fueron alrededor de dos horas de concierto, en un espectáculo casi sin respiros, que se inició con la potente y pegajosa "Love in a elevator" con Steven Tyler cantando a todo pulmón mientras enfilaba por la pasarela instalada en medio de la Cancha VIP de la Elipse del Parque O'Higgins.
Poco le importó el frío de la noche, y tras interpretar ese tema, miró a la gente y saludó con un "¡Santiago!", ante la algarabía de la entumecida concurrencia al show al aire libre.
Luego se lanzó con "Falling in love (is hard on the knees)" y "Pink", donde hizo gala de su pericia con la armónica, en perfecto complemento con los integrantes de la banda que este 2010 festeja 40 años de existencia, que por cierto se notan -y para bien- sobre el escenario.
"Nací para el rock and roll" en un trabado español fue su declaración de principios, ya despojado de coloridos atuendos y ataviado solamente con polera, como si la escasa temperatura no hiciera mella en su cuerpo.
La gran comunicación con el público
La jornada tuvo grandes pasajes, de la mano de temas como "Livin' on the edge" con Joe Perry con una guitarra "doble" o en "Cryin'" donde Steven Tyler cantó a dúo con un fan en silla de ruedas que estaba en el escenario, quien más de una vez se vio en serios aprietos al tener que encarar la canción como voz campante.
Lejos de enojarse porque su contraparte no manejaba toda la letra del hit, el líder de los denominados "Chicos malos de Boston" insistió una y otra vez en hacerlo parte de su interpretación, al término de la cual lo premió con un beso en la mejilla.
En la velada también sonaron canciones como "I don't want to miss a thing" de la banda sonora de la cinta "Armagedón" -con un Tyler que a esas alturas no encontró nada mejor que calzarse en la parte posterior de su pantalón una bandera chilena que le arrojaron-, además de la notable "What it takes", con el vocalista cantando a capella gran parte del tema.
También hubo espacio para el lucimiento personal, tal como fue el caso de Joey Kramer, quien primero con baquetas y luego sólo con el pedal de la batería sedujo a los presentes. Mención aparte para el guitarrista Joe Perry, quien compitió contra si mismo, en un particular duelo con su símil en el popular juego "Guitar Hero", amén de su gran puesta en escena en "Stop messin' around".
En una noche llena de energía, con un Steve Taylor de regreso como anfitrión, la jornada no podía culminar sin las provocaciones del cantante.
Tras un breve receso sonó "Walk this way", instante en que devolvió al público la bandera chilena que le colgó durante casi todo el show, a modo de cola. Esta vez estaba enfundado en una capa que dejó al descubierto su pecho y le permitió mostrar sus pezones y mojárselos con sus dedos, mientras más de una sonrisa se dejaba caer de su rostro.
Según el programa original todo terminaba con "Train kept a rollin'", pero Steven Tyler obsequió una más y complació los gritos que pedían la popular balada "Crazy", un gran cierre para una fría noche de rock and roll caliente.