Murió Adolfo Suárez, artífice de la transición política española
Ex presidente falleció en Madrid a los 81 años padeciendo Alzheimer.
Poseía múltiples condecoraciones por su labor política a favor de la democracia y la reconciliación nacional.
Una de las funciones de Suárez fue reinsertar a España en el mundo tras el régimen franquista.
Hondo pesar causó en España el fallecimiento en Madrid a los 81 años del ex presidente Adolfo Suárez, tras el empeoramiento generalizado de su estado de salud, aquejada desde hace años por una enfermedad neurodegenerativa.
El ex mandatario que fue hombre clave en la transición política española, padecía la enfermedad de Alzheimer y su partida es vista como el adíos a una de las figuras más importantes y generadoras de consenso de aquel país.
El portavoz de la familia, Fermín Urbiola, confirmó la noticia en la clínica Cemtro de Madrid ante los medios congregados y por medio de un breve mensaje dio las gracias en nombre de la familia, consignó el diario El País.
Algunas de los reconocimientos y condecoraciones que recibió por su labor política a favor de la democracia y la reconciliación nacional, son el Collar de la Insigne orden del Toisón de Oro y la orden dinástica de mayor prestigio del mundo, que le fue entregado por los Reyes en 2008 en un acto privado.
Una sobria trayectoria
Súarez, licenciado en Derecho, fue político clave en el paso pacífico desde dictadura a la democracia en España, formando parte desde 1975 del primer gobierno de la monarquía tras la muerte de Franco, siendo nombrado en 1976 presidente del Gobierno por el rey Juan Carlos, consolidándose como hombre de confianza del monarca e impulsor de la reforma política que acabó con la dictadura franquista.
Durante su mandato se aprobó la ley de amnistía, se legalizaron todos los partidos y sindicatos y se convocaron elecciones libres el 15 de junio de 1977, que entregaron el primer gobierno de la democracia.
El Parlamento redactó una nueva Constitución, ratificada por referéndum el 6 de diciembre de 1978 en tiempos en que la amenaza del terrorismo estaba latente, pero que no impidieron que en 1979, Suárez se convirtiera en el primer Presidente de Gobierno constitucional.
Aunque las críticas a su gestión lo hicieron dimitir en 1981, desatando una crisis que rozó el golpe de Estado, Adolfo Suárez adquirió relevancia internacional como vicepresidente por diez años de la Internacional Liberal y Progresista, volviendo sólo a la actividad en España como diputado en 1991.
En 2003, participó en un acto político de apoyo a la candidatura de su hijo, Adolfo Suárez Illana, a la presidencia del gobierno regional de Castilla-La Mancha por el conservador Partido Popular, no volviendo a aparecer en público, por razones de salud y la mencionada enfermedad neurológica degenerativa.
Desde 2009 Adolfo Suárez fue hospitalizado en varias ocasiones por afecciones leves, siendo su última hospitalización el 17 de marzo tras lo cual cuatro días después, su hijo confirmó que su estado de salud era grave y anunció que "el desenlace es inminente", lo que decantó en su fallecimiento.
El mensaje oficial del Rey Juan Carlos ha señalado que "Adolfo Suárez fue un hombre de Estado que puso por encima de los intereses personales y de partido el interés de la sociedad española", esperándose que reciba todos los homenajes y honores correspondientes a su labor en la historia de España.