Las claves del acuerdo entre Hamas e Israel
Ambos bandos acordaron el alto al fuego permanente poniendo fin a 50 días de guerra.
Entre los puntos se encuentra el alivio del bloqueo israelí a la Franja de Gaza.
Los palestinos celebraron en las calles de Gaza el alto al fuego.
Israel y el movimiento islamista Hamas llegaron a un acuerdo para poner fin a 50 días de guerra en Gaza, que según fuentes egipcias y palestinas incluye el alivio paulatino del bloqueo económico y el asedio militar israelí que desde 2007 estrangula la Franja.
Nada más al entrar en vigor este alto al fuego permanente, miles de personas se echaron a las destruidas calles de Gaza y Cisjordania para celebrar lo que calificaron de una "victoria sin precedente" del pueblo palestino.
"No me importa si se ha logrado o no la victoria, si los milicianos derrotaron a Israel o si el país derrotó a la resistencia armada. Todo lo que quiero es ver cómo la destrucción de esta guerra termina y Gaza es reconstruida de nuevo y que la calma prevalezca", confesó a EFE Ahmed Shaban, ciudadano de 35 años de la ciudad de Gaza.
El acuerdo
Según el movimiento palestino, los términos del acuerdo incluyen un alivio del bloqueo israelí, tal y como exigían los palestinos antes del conflicto y como pedía desde hace meses el grueso de la comunidad internacional.
Este alivio incluye la apertura del paso fronterizo de Rafah -que quedará bajo el control de la ANP, como deseaban Israel y Egipto-, la ampliación de la zona de pesca y la relajación de las restricciones israelíes para salir de la Franja, explicaron a EFE fuentes palestinas.
Aplazada por un mes ha quedado la discusión de otros asuntos, como la reapertura del puerto y el aeropuerto, la liberación de prisioneros, la entrega de los cadáveres de los soldados israelíes caídos en esta guerra y en poder de las milicias, y según fuentes israelíes, el pago de salarios a los funcionarios de Hamas.
El acuerdo también fija las condiciones para la reconstrucción de Gaza, que según el presidente palestino, Mahmud Abas, es ahora la tarea más urgente.
En una rueda de prensa ofrecida en Ramala, Abas agradeció a Qatar y al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el papel desempeñado durante las negociaciones y aseguró que la ONU iniciará de manera inmediata el envío de ayuda humanitaria al enclave, objeto de "una destrucción inimaginable".
Según datos de Naciones Unidas, más de 450.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus casas en la Franja, miles de las cuales han quedado destruidas o sufren daños estructurales que las hacen inhabitables.
Además, los bombardeos israelíes han destruido gran parte de la canalización de aguas y condenado a los gazatíes a la oscuridad, con apenas seis horas de electricidad al día.
Aunque no ha sido aún confirmado oficialmente, el acuerdo ha ahondado la brecha en la coalición de gobierno israelí y afectado a la popularidad del primer ministro, Benjamin Netanyahu, que ahora deberá luchar por conservar su puesto.
Según el diario israelí Haaretz, los ministros de Exteriores, Avigdor Lieberman, y Economía, Naftalí Bennett, representantes de la extrema derecha nacionalista israelí y con capacidad para hacer caer el Ejecutivo, mostraron su oposición al pacto.
Igual de crítica, Zahava Gal-On, dirigente del partido opositor de izquierdas Meretz, criticó a Netanyahu y culpó a su "irresponsable Gobierno" de haber puesto en bandeja la victoria a Hamas.