Papa Francisco: "A veces somos demasiado machistas y no dejamos espacio a la mujer"
Durante un improvisado discurso el Filipinas, el religioso afirmó que "la mujer es capaz de ver las cosas con ojos diferentes a los de los hombres".
El papa se conmovió con el testimonio de una niña que había estado en la calle mucho tiempo, quien le preguntó por qué Dios permite que los niños sufran.
"La mujer es capaz de hacer preguntas que los hombres no logran entender", indicó.
El papa criticó este domingo a la sociedad machista que no deja espacio a la mujer, durante el encuentro que mantuvo en la Universidad Santo Tomás de Manila ante decenas de miles de jóvenes.
Francisco lamentó la "demasiado poca" presencia de mujeres en la ceremonia y aseguró que "las mujeres tienen mucho que decirnos en la sociedad de hoy".
"A veces somos demasiados machistas y no dejamos lugar a la mujer, pero la mujer es capaz de ver las cosas con ojos diferentes a los de los hombres", agregó.
Según el pontífice de Buenos Aires, "la mujer es capaz de hacer preguntas que los hombres no logran entender".
En particular, se refirió a la pregunta que hizo una ex niña de la calle que le interrogó sobre el por qué sufren los niños.
"Ella hoy ha hecho la única pregunta que no tiene respuesta y no le alcanzaron las palabras y tuvo que decirlas con lágrimas", destacó.
"Cuando venga el próximo papa a Filipinas que haya más mujeres", animó el papa Bergoglio.
La niña filipina que inspiró al papa
Se llama Glyzelle Palomar, es filipina y tiene 12 años, fue una niña de la calle y sus lágrimas y preguntas al papa Francisco inspiraron el discurso que el pontífice improvisó durante el encuentro.
Glyzelle se presentó ante el papa acompañada de Jun Chura, otro ex niño de la calle de 14 años, quien leyó un conmovedor testimonio sobre la vida de los pequeños filipinos abandonados y que afrontan abusos, drogas y prostitución.
Ambos fueron salvados de la calle por la asociación Tulay Kabataan, la ONG que gestionaba la casa de acogida que visitó el papa el pasado jueves por sorpresa.
Después tocó el turno a Glyzelle de hacer las preguntas al papa y mientras leía se echó a llorar.
"Hay muchos niños abandonados por sus propios padres, muchos víctimas de muchas cosas terribles como las drogas o las prostitución. ¿Por qué Dios permite estas cosas, aunque no es culpa de los niños? y ¿Por qué tan poca gente nos viene a ayudar?", preguntó la niña entre lágrimas.
Los dos niños se acercaron después a dar al pontífice un libro con fotografías y una pulsera de su asociación y entonces Francisco la acarició para consolarla.
El papa finalizó su discurso pidiendo perdón por no haber leído el discurso, pero se justificó: "La realidad que me plantearon fue superior a lo que había preparado"