La columna de Pelotazo: Vertedero de estupideces
Como sabemos que hay futbolistas que no saben comportarse, hay que poner fin a esta situación con castigos ejemplares.
Hemos sido testigos de otro triste capítulo. Una vez más un futbolista toma la palabra en vivo o en redes sociales para burlarse del rival. Cuesta entender cuándo comenzó o quién inicio esta era donde el rival es un enemigo. Esto de creer que el fútbol es lo más importante, siendo que como dijo Arrigo Sacchi, "el fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes".
Sin embargo, Nicolás Castillo trató de "vertedero" al Monumental y saltó el polvo. De los hinchas cruzados que lo defendieron porque "siente la camiseta", "porque es hincha de la UC" y del resto que lo atacó. Acá apelamos de inmediato a la mala memoria o a la memoria selectiva del hincha. Hace seis meses en San Carlos, Esteban Paredes y Gonzalo Fierro levantaron dos dedos apuntando a hinchas universitarios. Y ahí fue al revés los que defendieron y atacaron.
Cuando Johnny Herrera trató de "asco" y "vertedero" al Monumental, hinchas de Universidad de Chile lo festejaron. Cuando Carlos Muñoz trató de "loser" a Everton, hinchas de Wanderers lo aplaudieron. Lo peor fue cuando un periodista le respondió.
Así algunos ejemplos más: cuando Sebastián Toro o Jason Silva pisaron y patearon lienzos de la U, cuando Marcelo Díaz le hizo un "Pato Yáñez" a la hinchada colocolina, cuando Patricio Rubio le levantó dos dedos a la hinchada de la UC jugando por Unión Española, cuando Omar Labruna dijo "la moda se acabó", cuando Moisés Villarroel hizo un "Pato Yáñez" pasándose la camiseta de la U por sus genitales o cuando Juan Pablo Miño festejó ganar un clásico con Coquimbo Unido en "La Porcaca". Y podría terminar mañana con casos.
Lo importante es que todavía viven hinchas de todos los equipos que repudian estos actos. En ellos está la esperanza. En ellos está el "aroma" de una época donde familias completas iban al estadio y se sentaban al lado de otra familia de cuadro rival y hasta compartían la comida. Ese tiene que ser objetivo, ese tiene que ser el horizonte.
Por lo pronto como sabemos que hay futbolistas que no saben comportarse, hay que poner fin a esta situación. Con castigos ejemplares por parte del Tribunal de Disciplina y a quienes repitan castigos mayores. Es momento de considerar las redes sociales en esas penas. Algunos creen que se puede "tirar mierda" por internet, pero en la "vida real" ser buena persona. Y no es así. Tu red social, es parte de ti y debes hacerte cargo.
En España está el caso de Sergi Guardiola. Era la nueva incorporación del Barcelona B, pero unos tweets en contra de Cataluña acabaron de inmediato con su contrato. Fichado y despedido el mismo día. A ver si otro jugador se atreve a hacer una estupidez parecida y perder un trabajo.
Hay que separar las cosas. Muchas veces un jugador es hincha del club donde se desempeña, pero eso no le da el derecho a faltarle el respeto al rival. En realidad, nadie tiene derecho, bajo ninguna situación. Pero como ya se dijo, a los futbolistas, que los pare el tribunal. Las frases de burla sólo generan odio y eso no sirve. Para nada. Y la justificación de que un ataque está bien porque "se siente la camiseta" es una estupidez. La camiseta se siente en la cancha, mojándola, dando lo mejor de uno para que el equipo gane.
Los hinchas, son otro cuento. Estadio Seguro tiene que poner freno a esto. Ahora que están permitiendo el ingreso de lienzos, hay que entender que algunos son para alentar al equipo y otros para generar odio. Como en el arengazo de Colo Colo donde apareció un lienzo donde se trataba a la UC de "segundones" ¿Sirve de algo eso? No. Si ese lienzo hubiera aparecido en el partido hubiera hablado pésimo del control al ingresar al Monumental. Y sí, que lo hayan dejado entrar al entrenamiento también es pésimo, porque refleja que a muchas personas poco les importa el respeto.
Acabemos con esta realidad de una vez por todas, porque si los profesionales del fútbol se siguen comportando así, no tenemos cómo pedirle a los hinchas que sean respetuosos.