Madereros piden "flexibilizar o eliminar" ley que obliga reforestar cada dos años
Industria pide que medida beneficie a los pequeños y medianos forestadores afectados por los incendios.
También solicitaron ayuda para evitar que aumente la cesantía en el sector.
Según el catastro de Corma, en la Región del Maule se quemaron 43 instalaciones de medianos y pequeños propietarios.
La Corporación Chilena de la Madera (Corma) pidió al Gobierno que "flexibilice o elimine", en los casos de los pequeños y medianos forestadores que se vieron perjudicados por la catástrofe de los incendios forestales, la norma de la Ley Forestal que establece un plazo de dos años para la reforestación de los terrenos.
El presidente de Corma, Fernando Raga, explicó que "hay gente que se siente presionada por la Ley Forestal porque piensan que al perder por incendios sus bosques van a tener que financiar una reforestación, porque la ley lo dice, cada dos años".
"Por eso, pedimos a las autoridades que lo flexibilicen o eliminen para la gente mediana y pequeña que fue perjudicada en este siniestro", dijo.
Sobre el aumento de la falta de trabajo que se podría comenzar a registrar en las regiones afectadas, como la del Maule, Raga afirmó que "es importante acudir en apoyo de todas las instalaciones medianas y pequeñas de madereras, molineras, aserraderos, barracas. Hay dos o tres industrias dañadas que tenemos identificadas. Eso tiene urgencia para que la gente no quede cesante o paliar lo más posible el efecto de cesantía que se pueda producir".
El catastro físico realizado por Corma estableció que en el Maule se quemaron 43 instalaciones de medianos y pequeños propietarios, más un aserradero en la localidad de Santa Olga, por lo que apuntó que es necesario que el Gobierno abra un registro para que los forestadores registren los daños y el estado en que quedaron sus respectivas plantaciones.
Reconversión de la fuente laboral en Empedrado
Sólo en la Región del Maule se quemaron 180 mil hectáreas de plantaciones forestales, siendo la comuna de Empedrado la más perjudicada, donde se consumieron 51 mil hectáreas, que corresponde a cerca del 90 por ciento del territorio local.
Sobre cómo se levantará la comuna, el alcalde Manuel Báez puntualizó que "estamos por lo más urgente primero, que son las casas que necesita la gente que se le quemó (su vivienda). Y posteriormente, tendremos que hacer un programa de Gobierno, también con la empresa particular, para reconvertir los trabajos en Empedrado".
"No vamos a esperar 25 años a que crezcan los pinos, entonces vamos a tener que hacer un trabajo fuertemente con las empresas, todo el mundo privado, y el Gobierno para dar algunas soluciones a toda la gente que ha perdido su fuente laboral", sostuvo.
Además, Báez aseguró que le pedirá asesoría al Gobierno para analizar qué rubros productivos de menor tamaño pueden ser explotados en la comuna y no tener que esperar cerca de dos décadas para que se recuperen las plantaciones forestales, que eran el principal sustento de sus habitantes.
"Soluciones de largo plazo"
Respectos a los daños registrados por los incendios, el presidente de Corma en la Región del Maule, Nicanor Rodríguez, señaló a Cooperativa que "hemos agrupado esta catástrofe en dos grandes grupos: lo que tiene que ver con las industrias y plantas de procesamiento quemadas, y el otro gran grupo tiene que ver con el patrimonio forestal quemado".
"Por lo tanto, son soluciones de largo plazo en todo lo que sea pérdida del patrimonio forestal", agregó, aseverando que "los costos (que significan las pérdidas) no los puedo dar en este minuto porque me aventuraría a cometer un error".
Eso sí, expuso que es imprescindible formar un grupo de expertos para que estudie y recomiende medidas de mitigación en la región, una de las cuales podría ser la "forestación inteligente", es decir, que cada pequeño propietario tenga la libertad para reconvertir su fuente laboral optando por una quinta frutal o plantar árboles nativos, entre otros.
En total, entre las regiones de O'Higgins y Maule se quemaron 295 mil 82 hectáreas, principalmente en la Cordillera de la Costa, caracterizada por su ambiente seco, mucha plantación forestal continua y una marcada acumulación de combustible natural, en el contexto de una catástrofe que está llegando a su fin.