La columna de Rodrigo Goldberg: Godín y CR7, agua y aceite

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El comentarista de Al Aire Libre analizó el choque entre Portugal y Uruguay por la Copa del Mundo.

Por Rodrigo Goldberg, @Polaco_Goldberg

La impronta uruguaya habla de fortaleza, actitud y un compromiso a toda prueba con la patria. Cualquier problema o crisis interna asoma como un tema menor cuando se trata de la selección que dirige Oscar Washignton Tabárez, y es entendible cuando uno revisa la historia de su selección.

No sólo están los títulos del '30 ó '50, que ya parecen muy lejanos, también una historia de orgullo y obstinación que no siempre ha ido de la mano de un buen juego. 

En estos octavos de final de Rusia 2018 tendrá que enfrentar a un equipo muy particular y que juega de una manera que incómoda a los equipos que se arman fijando su atención en la retaguardia. Porque así es Uruguay y es entendible. Los orientales tienen una ventaja sobre el resto de las selecciones. Tiene dos delanteros a los cuales no les molesta estar aislados del resto del equipo.

Edinson Cavani y, especialmente Luis Suárez, están en su salsa cuando están en inferioridad numérica. Dos contra uno o cuatro contra dos pareciera ser el escenario ideal. Corretean, quitan, pegan (hay uno que muerde) y además anotan. Eso, además de ser especialmente útil, le permite al resto del equipo preocuparse casi únicamente en defender. Laterales muy pausados y prudentes para subir se suman a volantes que difícilmente se superponen. Es cierto que no tuvo un grupo particularmente complejo, pero Uruguay es la única selección que no ha recibido goles en contra. Lo entretenido de esto es que tendrá que enfrentar al equipo de CR7 con todo lo que eso conlleva y que no es poco.

Cristiano Ronaldo, con todo lo extraordinario que es, representa todo lo que detestan los uruguayos. Sus poses, la repetitiva costumbre de mirarse en la pantalla del estadio y su narcisismo van en contra del bajo perfil que cultivan los celestes. Mientras el portugués muestra su trabajado cuerpo cada vez que puede, los uruguayos gozan con entrar fuerte y raspar sin que nadie lo note. El estandarte lo lleva Diego Godín, un líder extraordinario y aparentemente silencioso. 

A Cristiano lo marcaremos "con el mismo respeto que marcamos a todos, pese a ser una estrella a nivel mundial vamos a tener el mismo respeto", señalo Sebastián Coates. Es verdad, pero verdad incompleta. Godín (Atlético de Madrid) y el portugués (Real Madrid) tienes varios temas pendientes de la liga española por lo que el partido se transforma en un escenario ideal para pasar por caja.

Y ojo. Pensar que Portugal es sólo Ronaldo puede llegar a ser una trampa. Ignorar a Moutinho o Bernardo Silva resultaría fatal toda vez que alimentan constantemente a un animal del gol como lo es CR7. Como si fuera poco Portugal tiene la necesidad de validar su título de Eurocopa 2016 en este Mundial. 

De toda la fase debe ser el partido que más me llama la atención. Por la forma que juegan, pero especialmente por la famosa épica uruguaya el partido promete. En especial el duelo Godin vs. Cristiano. Un obsesivo del área y otro de la marca. Ya no será un derbi español, será en un Mundial y el premio serán los cuartos de final.