Comisión vaticana aprobó milagro del padre Hurtado y propuso su canonización
Ahora, el Papa Juan Pablo II deberá ratificar la determinación del grupo de cardenales, con lo que el sacerdote jesuita se convertirá en el segundo santo chileno.
Los miembros de la Congregación para la Causa de los Santos aprobaron un segundo milagro atribuido al padre Hurtado. Con esto, ahora el Pontífice deberá ratificar esta decisión, con lo que oficialmente el fundador del Hogar de Cristo se convertirá en santo de la Iglesia Católica.
La información fue confirmada a Radio Cooperativa por el postulador de la causa de canonización del padre Alberto Hurtado, el sacerdote italiano Paolo Molinari.
El resultado de la votación de los cardenales y obispos de la comisión será comunicado ahora a Juan Pablo II, quien puede rechazar la medida -hecho que sólo ha ocurrido una vez en la historia-.
Por ello, la canonización del sacerdote Alberto Hurtado es un hecho prácticamente seguro, y el máximo representante del catolicismo deberá fijar la fecha de la ceremonia respectiva, que por lo copada de la agenda vaticana, no sería antes de diciembre de 2004.
El segundo milagro atribuido al padre Huratdo y que fue aceptado este viernes por el Vaticano se refiere a la situación que vivió la joven Vivian Marcela Galleguillos Fuentes, quien en 1996, cuando tenía 16 años resultó herida de gravedad a raíz de una accidente automovilístico en la Quinta Región.
La joven sufrió un daño neurológico calificado de irrecuperable por los médicos, quienes la desahuciaron tras una intervención quirúrgica.
"El milagro consistió en, una niña de 16 años, santiaguina, que tuvo un accidente muy serio en julio (de 1996), estando en la Quinta Región, a la una de la mañana. Fue derivada a La Ligua, al hospital, y después fue derivada a Viña del Mar, y fue operada como a las 10 u 11 de la mañana, cuando el daño ya estaba hecho", explicó el padre Jaime Correa, parte del equipo patrocinador ante la Santa Sede de la causa del padre Hurtado.
Galleguillos estuvo en coma, a raíz del trauma craneano que sufrió, por lo que su familia realizó una cadena de oración y encargó la vida de la niña al desaparecido sacerdote jesuita, tras lo cual la joven experimentó una recuperación completa, no explicable por la ciencia, de acuerdo al análisis de médicos y teólogos.