Berlusconi: "acabaron con una vida pero no con los valores" de la misión italiana
El primer ministro de Italia desestimó retirar las tropas de su país desplegadas en Irak tras la ejecución de un rehén itálico.
El Gobierno y la oposición de Italia mostraron de forma unánime su condena al asesinato de uno de los cuatro rehenes italianos en Irak y coincidieron en que las tropas italianas no se retirarán del país por el "chantaje" de los guerrilleros. Al respecto, el primer ministro, Silvio Berlusconi, afirmó que "acabaron con una vida pero no con los valores y empeño (de la misión italiana) para conseguir la paz".
La víctima, Fabrizio Quattrocchi, fue secuestrado junto a otros tres italianos por un grupo que se denominó 'Brigadas Verdes de Mahoma' que el miércoles envió un video a la cadena televisiva qatarí Al Jazeera, en el que grabaron su ejecución con un tiro en la nuca.
Además adjuntaron un mensaje en el que advertían de que matarían al resto de secuestrados si Berlusconi no retiraba las tropas de Irak, pedía excusas a los árabes y liberaba a los musulmanes encarcelados en Italia.
Tras la confirmación de las muerte del guardia de seguridad, Berlusconi reiteró que "no se cederá al chantaje de los terroristas que piden la retirada de las tropas italianas".
El presidente de la Cámara de Diputados, Pier Ferdinando Casini, comentó también que "ante la muerte de un rehén italiano, Italia no se puede sentir intimidada y tiene que reaccionar con firmeza".
El Gobierno comunicó que se envió a Bagdad un consejero diplomático, Gianni Castellaneta, para que la misión continúe con las negociaciones para poder salvar la vida de los otros ciudadanos italianos todavía secuestrados.
El ministro de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, anunció el miércoles que el Gobierno está dialogando con los jefes religiosos moderados de la zona para poder liberar a los rehenes, así como con la delegación iraní que llegó a Irak para negociar la liberación de los cerca de 40 rehenes en manos de la resistencia iraquí.
Fabrizio Quattrocchi tenía 36 años y se encontraba en Irak desde el pasado mes de noviembre. Trabajaba en la empresa de seguridad italiana IBSA, pero había viajado a Irak para firmar un contrato con una agencia de seguridad norteamericana.