Decenas de miles de personas rindieron tributo a Ronald Reagan
Unas 30.000 visitas recibió la rotonda del Capitolio, lugar donde descansan momentáneamente los restos del ex actor y presidente de EE.UU., que serán enterrados el sábado.
Largas colas de quienes querían dar su último adiós a Ronald Reagan rodearon alrededores del Capitolio. (Foto: EFE) |
Reagan preparó su funeral poco después de llegar al poder en 1981, no por un sentido de morbosidad, sino por ser fiel a una tradición iniciada tras el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963.
Desde entonces, todos los presidentes han elaborado planes de funeral, con la excepción de Bill Clinton.
Reagan, quien falleció el sábado 5 de junio a los 93 años, tras una batalla de 10 años con el mal de Alzheimer, pidió en un documento de 300 páginas un funeral de Estado en el que los estadounidenses pudiesen decirle su último adiós, y que su entierro se realizase durante el crepúsculo en California.
Así, sus restos serán trasladados desde el Capitolio, sede del Congreso, a la Catedral Nacional de Washington el viernes 11 de junio, para un funeral de Estado. Tras esto, su féretro será llevado a la biblioteca museo Reagan, en Simi Valley, California, donde serán enterrados al atardecer.
El agradecimiento del pueblo estadounidense hacia el presidente que derrotó al "imperio del mal" en la Guerra fría, se hizo patente este jueves en Washington con largas colas en los alrededores del Capitolio.
El presidente George W. Bush y su esposa, Laura, tienen previsto llegar esta noche a la sede del Congreso, para luego visitar a la viuda, Nancy Reagan, en la Casa Blair, frente a la Casa Blanca, donde se hospeda con su familia.
Congresistas, turistas, estudiantes, oficinistas y empleados públicos, han pasado en solemne silencio a ver el ataúd de Reagan, envuelto en la bandera estadounidense.
Según fuentes legislativas, poco más de 30.000 personas han pasado por la Rotonda desde la noche del miércoles. Cada visitante recibe una tarjeta como recordatorio de la ceremonia fúnebre.
Algunos contenían las lágrimas y exaltaban de forma unánime el legado del cuadragésimo presidente de Estados Unidos.
La espera fue aliviada por las autoridades, quienes extremaron las medidas de seguridad y colocaron puestos con carpas, botellas de agua y ventiladores, mientras la cola zigzagueaba hasta la entrada al Capitolio. (EFE)