Madre de Rodrigo Anfruns reconoció que su "desesperación" es saber por qué su hijo fue asesinado
Paola Papi consideró que los ex ministros Sergio Fernández y Mónica Madariaga deberían declarar en la reabierta causa, al igual "cada persona que tuvo que ver con esto".
Paola Papi, progenitora del menor Rodrigo Anfruns Papi, asesinado en junio de 1979, aseguró que aún no puede entender por qué su hijo terminó muerto, a la vez que reiteró que no puede creer que el entonces menor de 16 años Patricio Pincheira Villalobos haya podido ser el autor del crimen. La madre del infante asesinado comentó que las interrogantes aún pendientes siguen provocándole mucho dolor.
"Eso es un poco como mi desesperación, porque de alguna manera estamos confirmando algo que ya sabíamos que era así; que no habría estado el cuerpo de Rodrigo en el lugar, pero no sabría decir por qué a mi hijo le tocó vivir eso, no lo sé", afirmó.
Papi, en conversación con El Diario de Cooperativa, se preguntó "cómo un niño de 16 años pudo haberlo tenido todos esos días, por eso como que no me encaja dentro del puzzle, porque es absurdo", por lo que enfatizó creer que Pincheira es "inocente", tal como lo reafirmó ante la jueza Patricia González, del 17° Juzgado del Crimen de Santiago, quien está a cargo de la nueva investigación por el homicidio.
La madre de Rodrigo Anfruns agregó que está satisfecha con la reapertura del caso, pues la Justicia "parece que está haciendo todos los esfuerzos por llegar a la verdad" en un proceso que "no fue bien llevado" en su momento.
Sobre las declaraciones de la ex ministra de Justicia de la dictadura Mónica Madariaga, quien en 1979 respaldó la tesis de Investigaciones, sobre a responsabilidad de Pincheira Villalobos, y hoy en día sugiere la participación de agentes del Estado en el crimen, Papi consideró que la magistrada a cargo de la investigación "debería llamarla" a declarar, al igual que al entonces titular del Interior, Sergio Fernández.
"Si queremos llegar a una verdad, cada persona que tuvo que ver con esto debería tener que aportar", subrayó, aunque asumió que no tiene ningún "dato concreto" que pueda relacionar a organismos de seguridad del gobierno de Augusto Pinochet con el asesinato, como señalan algunas tesis periodísticas.
Rodrigo Anfruns Papi apareció muerto en un sitio erizo de la comuna de Providencia, en las cercanías de la intersección de las calles Miguel Claro con Sucre, el 14 de junio de 1979, tras 11 días de estar desaparecido. Sin embargo, durante la desaparición del menor, personal policial rastreó en numerosas ocasiones el mismo lugar, sin encontrar el cadáver.
El caso fue investigado en su momento por el juez Ricardo Gálvez, quien actualmente es ministro de la Corte Suprema, y de acuerdo a la versión oficial entregada en la época, el crimen fue cometido por un menor de 16 años, identificado sólo con las siglas P.P.V.
La versión fue respaldada por la dictadura militar, cuyos ministros de Interior y Justicia, Sergio Fernández y Mónica Madariaga, respectivamente, públicamente apoyaron la tesis de Investigaciones.
Según Roberto Celedón, el jurista que representa a Paola Papi, Gálvez se condicionó a las tesis del Gobierno y no quiso aceptar el testimonio de quienes rebatían la postura oficial, entre ellos, el del teniente en retiro de Carabineros, Jorge Rodríguez Márquez.
De acuerdo a algunas versiones desarrolladas en indagaciones periodísticas posteriores, Rodrigo Anfruns Papi fue secuestrado por error, en el marco de una operación ilegal de los servicios de seguridad, por una rencilla personal entre oficiales castrenses. Por ello -de acuerdo a estos datos- el homicidio pudo ser encubierto y se culpó, con el respaldo gubernamental, al adolescente Patricio Pincheira Villalobos (P.P.V).