Con notoria presencia de fieles chilenos, Benedicto XVI declaró santo al padre Hurtado
La canonización del fundador del Hogar de Cristo estuvo marcada por las ruidosas aclamaciones de cerca de 7.000 compatriotas cuando se mencionó el nombre del segundo santo de Chile en la Plaza San Pedro.
En una ceremonia de poco más de dos horas de duración que se realizó en la Plaza San Pedro del Vaticano, el papa Benedicto XVI nombró oficialmente santo al sacerdote jesuita Alberto Hurtado, ceremonia que fue seguida con alegría y recogimiento por los compatriotas que viajaron a la Santa Sede y los miles que se congregaron a las afueras del santuario del fundador del Hogar de Cristo.
El religioso fallecido en 1952 fue elevado a los altares de la Iglesia Católica a las 10:03 hora de Roma (05:03 horas en Chile; 08:03 GMT), junto a otros cuatro beatos, durante una ceremonia que, pese al cambiante tiempo en Roma, contó con día despejado que dio paso a una jornada de sol.
La liturgia estuvo marcada por la fuerte presencia de los cerca de 7.000 chilenos que llegaron al Vaticano, quienes reaccionaron con fuertes aclamaciones cuando el nombre del jesuita era mencionado, lo que fue recibido con sonrisas por parte del jefe máximo de la Iglesia Católica.
La ceremonia se inició cerca de las 09:30 hora de Roma (04:30 horas de Chile) y pocos minutos después el prefecto para la Causa de la Santos, cardenal José Saraiva Martins, solicitó a Benedicto XVI iniciar el proceso de canonización y procedió a la lectura de breves biografías de los hasta ese entonces cinco beatos.
Casi media hora después el Papa invocó la fórmula de canonización que convirtió a Hurtado en el segundo santo chileno, tras santa Teresa de Los Andes.
Mientras miles de banderas chilenas flameaban en la Plaza San Pedro, en Santiago el director social del Hogar de Cristo, Benito Baranda, se declaraba "muy emocionado", y afirmó que el histórico día para la Iglesia Católica chilena "nos compromete" a colaborar con más fuerza para ayudar a los necesitados.
En medio de la ceremonia, Benedicto XVI dedicó palabras a cada uno de los santos, los primeros que nombró durante su pontificado que se inició en abril pasado. Respecto de la figura de Hurtado destacó, entre otras cosas, que "ofreció un hogar lleno de calor humano" a los más necesitados en el Hogar de Cristo, momento en que se escuchó una de las tantas aclamaciones de la jornada.
La alegría de los fieles chilenos también se hizo extensiva a los miembros de la delegación oficial de Chile, encabezada por el Presidente Ricardo Lagos, quienes siguieron atentamente y con evidente satisfacción la ceremonia.
Poco antes de finalizar la homilía, la delegación de invitados a Roma por la Comisión Canonización hizo entrega al Papa de tres ofrendas a fin de agradecer la ceremonia. Uno de los encargados de la entrega fue el soldado conscripto Luis Hernández, sobreviviente de la tragedia de Antuco, quien vestido con su uniforme entregó a Benedicto XVI un pectoral que representa "la cruz de Chile". Los representantes chilenos además le dieron un cáliz y una casulla.
Mientras la ceremonia terminaba en el Vaticano, en la Explanada del Padre Hurtado, en la comuna de Estación Central, aún permanecían unos 3.000 participantes de la vigilia organizada, pese al frío reinante en la zona.
Una vez que el papa puso fin a su primera canonización, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic, mostró su alegría por la elevación a los altares de la Iglesia Católica de Alberto Hurtado, y destacó la ceremonia como una "fiesta maravillosa con un día de sol que Dios nos regalo".
El obispo de Rancagua destacó el "entusiasmo de los chilenos" presentes en la Santa Sede, que fue "una de las notas que hay que destacar".
Revise el minuto a minuto de la vigilia aquí. (Cooperativa.cl)