India sospecha que grupo extremista de Cachemira es responsable de atentados
Las autoridades detuvieron a 22 personas por su supuesta conexión con los ataques y para determinar su relación con los extremistas islámicos pro pakistaníes.
Nueva Delhi está en alerta tras el ataque coordinado del pasado sábado que mató al menos 61 personas en tres concurridas áreas de la capital india, el cual se sospecha pudo ser cometido por un grupo radical musulmán basado en Cachemira.
La policía ha llevado a cabo una veintena de arrestos después de que 61 personas murieron y casi 200 resultaron heridas por tres bombas que estallaron en menos de media hora en un autobús y en los populares mercados de Sarojini Nagar y Paharganj.
El número de fallecidos habría sido posiblemente mayor si el conductor del autobús no hubiera pedido a los pasajeros que saliesen del vehículo al darse cuenta de que había un paquete sospechoso, lo que evitó que la tercera bomba causase víctimas mortales.
La policía investiga ahora a contrarreloj la autoría de estos atentados y trata de identificar qué tipo de explosivo fue utilizado con el fin de determinar el grupo responsable del sangriento ataque.
Un hombre que dijo hablar en nombre de una organización desconocida cachemir denominada "Inqilab (Libertad)" reclamó este domingo la autoría de los atentados con llamadas a varios medios, pero por ahora no se le ha dado excesiva credibilidad dentro de la India.
Tras una reunión de emergencia del Gobierno indio, el ministro de Interior, Shivraj Patil, afirmó que "tenemos muchas pistas", pero dijo que en este momento la prioridad es ayudar a las víctimas y no quiso dar detalles para no entorpecer las investigaciones.
Pero muchos analistas indios ya señalan al grupo islámico Lashkar-e-Toiba, el más fuerte de los que actúan desde la Cachemira paquistaní contra las fuerzas militares indias y que se opone al actual proceso de paz entre Nueva Delhi e Islamabad.
Al día siguiente de esta cadena de ataques las precauciones de seguridad han sido extremadas en aeropuertos, mercados, el metro y estaciones de tren y autobús de la capital india, mientras las otras grandes ciudades, Bombay y Calcuta, también están en alerta.
La policía local ha levantado barricadas con sacos de arena en calles de la ciudad, ha incrementado los controles en las calles y ha instalado detectores de metales en los principales mercadillos.
Decenas de agentes vigilan el desarrollo de la escasa actividad comercial en muchos mercados y otros muchos están apostados ante edificios significativos de Nueva Delhi.
Según fuentes policiales, 22 personas han sido detenidas por su supuesta conexión con los ataques en varias pensiones de Delhi, entre ellos el área de Paharganj, donde estalló una de las bombas y que está llena de hoteles baratos frecuentados por turistas de bajo presupuesto.
Las mismas fuentes han señalado que entre los heridos hay algunos extranjeros, sin precisar su nacionalidad.
Finalmente no se descarta que se produzcan más víctimas mortales debido a que el estado de algunos de los 188 heridos es muy grave. Muchos de ellos sufren amputaciones, lesiones en la cabeza y quemaduras. (EFE)