G-8 exigió fin de las operaciones militares en Medio Oriente
Los ocho países más poderosos concordaron un texto que emplaza al fin de las hostilidades, atribuyendo la responsabilidad del actual nivel de violencia al grupo libanés Hizbulá.
El G8 intentó este domingo dar una imagen de unidad ante el nuevo agravamiento de la violencia en Medio Oriente, al acordar una declaración unánime que exige el fin de todas las operaciones militares y la liberación de los soldados israelíes capturados.
El documento permite a los ocho países más poderosos camuflar sus diferencias en esta crisis, sobre la que sienten "una preocupación cada vez más profunda", y atribuye la responsabilidad de la actual violencia a "elementos extremistas", el grupo chiíta libanés Hizbulá e integrantes del palestino Hamas.
Estos grupos deben entregar "ilesos" a los soldados israelíes capturados en Gaza y Líbano, y poner fin al lanzamiento de cohetes contra territorio israelí.
Por su parte, Israel debe poner fin a sus operaciones militares y retirar a sus tropas de Gaza y liberar a los parlamentarios y ministros palestinos a los que mantiene detenidos.
Estas medidas, explican los "Ocho", permitirían crear las condiciones para un cese de la violencia "sostenible y que siente las bases para una solución más permanente".
Aunque el documento reconoce el derecho de Israel a defenderse, sostiene que es "crítico" que ese país tenga en mente "las consecuencias estratégicas y humanitarias de sus actos" y, por lo tanto, ejerza la "máxima moderación" para evitar víctimas civiles, daños a la infraestructura y desestabilizar al Gobierno libanés.
En lo que respecta a Líbano, el G-8 reclama la aplicación de las resoluciones 1.559 y 1.680, que prevén el desarme de las milicias y que el Gobierno libanés pueda hacerse con el control de todo su territorio.
También pide que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considere la posibilidad de una "presencia internacional con funciones de supervisión".
Sobre Gaza, el objetivo es restablecer la cooperación de seguridad y política entre palestinos e israelíes, para lo cual el G-8 exige, entre otras medidas, el fin de los ataques contra Israel y la vuelta al diálogo entre los funcionarios políticos palestinos e israelíes.
El texto del comunicado es el resultado de una delicada negociación diplomática que se desarrolló a lo largo de todo el día en el palacio Konstantinovski de San Petersburgo, para lograr el consenso sobre cómo atajar la crisis entre dos bloques inicialmente muy diferenciados.
"Creo que es extremadamente equilibrada", afirmó el presidente ruso, Vladimir Putin, en la conferencia de prensa que cerró la reunión, en la que aseguró que "si no hubiera sido por la posición de Rusia, la declaración hubiera sido muy diferente".
Sin embargo, nada más divulgado el documento, comenzaron a surgir diferencias sobre su interpretación, ya que el presidente francés, Jacques Chirac, afirmó que "es evidente que el G-8 ha apelado a un alto el fuego", mientras que un responsable estadounidense aseguró que el texto no incluye un cese inmediato de las hostilidades.
Putin se unió a la opinión de que el texto acordado incluye "un rápido alto el fuego" para que las negociaciones entre las partes comiencen con celeridad".
La posición de Estados Unidos en la crisis ha sido culpar a Hizbulá y Hamas y en rechazar el llamado del primer ministro libanés, Fuad Siniora, para un alto el fuego inmediato, al alegar que Israel tiene derecho a defenderse.
El bloque encabezado por Francia y Rusia, por contra, insistía en lanzar un llamado inmediato al alto el fuego y consideraba que Israel había hecho un uso excesivo de la fuerza.
Para intentar tender puentes, el presidente estadounidense, George W. Bush, se reunió el viernes, antes incluso de que comenzara la cumbre, con su colega ruso, Vladímir Putin, y este domingo lo hizo con el francés, Jacques Chirac, y el primer ministro británico, Tony Blair.
Al término de esas reuniones, Estados Unidos expresaba su esperanza de lograr una declaración de consenso.
Sin embargo, aunar posiciones llevó más tiempo de lo esperado. Varias ruedas de prensa de los líderes se vieron aplazadas, o canceladas, debido al alargamiento de la sesión de trabajo, que en algún momento pareció amenazar con prolongarse hasta la cena de los líderes, e incluso más allá.
Finalmente, la canciller alemana, Angela Merkel, declaró a la prensa de su país que el G-8 había logrado una declaración "en fuertes términos".
Por su parte, el presidente francés, Jacques Chirac, afirmó que "el objetivo del G-8 es poner fin a la escalada" de violencia.
"La declaración, añadió, indica a la vez nuestra reprobación y nuestra voluntad de estabilizar la situación y conseguir un alto el fuego duradero". (EFE)