En un hospital británico, murió el ex espía ruso envenenado
Alexander Litvinenko, un crítico del actual régimen de Moscú, estaba internado desde comienzos de noviembre, bajo protección policial, luego que enfermara en forma inexplicable.
El ex espía ruso Alexander Litvinenko murió esta noche debido a un grave deterioro de su salud provocado por un supuesto envenenamiento, informó este jueves el hospital de Londres donde recibía tratamiento.
Litvinenko, de 43 años y muy crítico con el presidente ruso, Vladimir Putin, se debatía entre la vida y la muerte después de haber sufrido la noche anterior un ataque al corazón.
Según un portavoz del University College Hospital, el antiguo agente secreto falleció a las 21:21 GMT, aunque continúa siendo un misterio el motivo exacto de su muerte.
"Se estudiaron todas las vías para establecer la causa de su estado, y el asunto ahora forma parte de una investigación en curso que dirige Scotland Yard", dijo la misma fuente al subrayar que los médicos hicieron todo lo posible por salvar al enfermo.
Desde Scotland Yard, un portavoz señaló: "Aunque, hasta el momento, no se ha producido una identificación formal, estamos seguros de que el fallecido es el señor Litvinenko y el caso se está investigando como una muerte inexplicada".
Desde comienzos de noviembre, el ex espía había permanecido, bajo protección policial, en la unidad de cuidados intensivos del hospital, donde ingresó tras enfermar repentinamente por un supuesto envenenamiento.
En un principio, los médicos estudiaron la posibilidad de que Litvinenko hubiera sido intoxicado con talio, una especie de raticida inodoro, incoloro e insípido, capaz de causar la muerte con sólo un gramo, o incluso por radiación.
Sin embargo, el director de cuidados intensivos del University College, Geoff Bellingan, señaló hoy que, pese a las numerosas pruebas realizadas, no está claro qué es lo que ha causado el grave deterioro del antiguo agente secreto, quien perdió el cabello súbitamente y cuyo sistema inmunológico sufrió graves daños.
Litvinenko enfermó el pasado día 1 después de reunirse en secreto con Mario Scaramella, un profesor universitario italiano con buenos contactos en el mundo del espionaje, en un restaurante japonés en el centro de Londres.
Al parecer, según la prensa británica, Scaramella le facilitó nombres de las personas que podrían estar involucradas en el asesinato de la periodista rusa Anna Politkovskaya, a la sazón investigado por el ex espía ruso.
Litvinenko, ex agente del Servicio Federal de Seguridad (antiguo KGB soviético), refugiado en el Reino Unido desde 2000, y sus allegados llegaron a culpar al espionaje ruso de haberle envenenado por sus críticas a Putin, también ex agente del KGB.
Según indicó hace tres días el magnate ruso Boris Berezovsky, también opositor al Kremlin, tras visitar al enfermo, éste creía que "fue organizado en Moscú y que Putin dio la orden de envenenarle porque es un ex agente del KGB".
Litvinenko ya había asegurado en el pasado que el espionaje ruso había conspirado también para asesinar al propio Berezovsky, exiliado igualmente en el Reino Unido.
El Servicio de Espionaje Exterior (SVR) de Rusia, por su parte, ha negado cualquier implicación en el aparente envenenamiento de Alexander Litvinenko.
Este suceso ha recordado la época de espionaje de la "guerra fría", en particular el caso del disidente búlgaro Georgi Markov, envenenado con ricina a través de la punta de un paraguas mientras cruzaba el puente Waterloo, en el centro de Londres, en 1978.
El caso de Markov, exiliado en el Reino Unido por sus críticas a la jerarquía comunista búlgara, tampoco está totalmente aclarado, ya que su asesino no fue nunca encontrado, si bien los medios británicos creen que se trató de la policía secreta de Bulgaria. (EFE)