Luciano Pavarotti recibió su última gran y cálida ovación

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Autor: Cooperativa.cl

Fue un artista "no sólo capaz de emocionar, sino un mensajero de paz", que hizo de la "música un instrumento de la vida y contra la guerra", dijo el premier Prodi.

El tenor Luciano Pavarotti recibió este sábado una última y emocionada ovación durante la celebración de sus funerales en la Catedral de la ciudad italiana de Módena cuando su inolvidable voz resonó, en una grabación, interpretando junto a su padre, Francesco, el "Panis Angelicus".

 

Pavarotti, fallecido el pasado jueves a los 71 años por un cáncer de páncreas, fue un gran tenor, un hombre de gran humanidad y "mensajero de paz", dijo el primer ministro italiano, Romano Prodi, en la ceremonia, seguida por unas 50 mil personas dentro y fuera de la catedral de su ciudad natal.

 

Ante el altar fue colocado el féretro con los restos mortales del tenor, cerrado y de madera clara de arce, sobre el cual había un gran ramo de flores.

 

La música tuvo un papel principal en las exequias, con la interpretación del "Ave María" de "Otello" de Verdi, por la soprano Raina Kavaivanska; el "Ave Verum Corpus" de Mozart, por Andrea Bocelli; mientras la coral Rossini cantó piezas de Haydn.

 

A los funerales, presididos por el arzobispo de Módena, Benito Cocchi, y concelebrados por 18 sacerdotes, asistieron en las filas cercanas al féretro la viuda del tenor, Nicoletta Mantovani, la hermana de Pavarotti, Gabriella, y las tres hijas mayores de su primer matrimonio, quienes mostraron gran entereza.

 

El Papa Benedicto XVI envió un telegrama, leído por Cocchi, en el que expresó su pesar por la muerte de Pavarotti, quien "con su extraordinario talento interpretativo ha honrado el don divino de la música".

 

El momento más emocionante del oficio religioso fue durante la comunión, cuando se escuchó una grabación de Pavarotti, quien cantaba con su padre, un panadero muy aficionado a la música, el "Panis Angelicus" de Cesar Frank.

 

Toda la tensión contenida se desbordó y, así, las 800 personas dentro de la catedral se pusieron en pie y prorrumpieron en un fuerte aplauso, seguido durante más de un minuto por los miles de ciudadanos que en el exterior seguían la ceremonia en pantallas gigantes.

 

Durante las exequias, el arzobispo leyó un mensaje escrito a nombre de Alice, la hija de cuatro años del tenor y Nicoletta Mantovani: "Papá me has querido tanto. Sé que me protegerás siempre. Yo te llevaré vivo en mi corazón de niña".

 

Pavarotti recibió el homenaje de "toda Italia" a través de su primer ministro, quien pronunció unas palabras en honor un artista "no sólo capaz de emocionar, sino un mensajero de paz", que hizo de la "música un instrumento de la vida y contra la guerra".

 

En la homilía, el arzobispo de Módena dijo que el fallecimiento de Pavarotti hacía sentir a todos "más pobres" y recordó su fe religiosa, "nunca renegada o escondida".

 

Tras la ceremonia, el féretro con los restos mortales de Pavarotti fue sacado por la puerta de los Príncipes de la Catedral de Módena, una construcción del románico italiano, considerada Patrimonio Artístico de la Humanidad.

 

Acogido por un impresionante aplauso y lágrimas de los ciudadanos, el féretro llegó a la calle entre los sones del "Vincero" de la ópera "Turandot", mientras la escuadra acrobática aérea "Frecce Tricolori", de la Fuerza Aérea peninsular, dibujaba sobre el cielo una estela con los colores de la bandera italiana.

 

A los funerales asistieron, entre otros, varios ministros, así como el ex secretario de Naciones Unidas Kofi Annan, el director Franco Zeffirelli, la bailarina de ballet Carla Fracci y algunos cantantes como Bono Vox, Zucchero Fornaciari y Jovanotti.

 

Pero Pavarotti recibió sobre todo el calor de las 100 mil personas, en una ciudad de 180 mil, que desde el pasado jueves visitaron la capilla ardiente y pasaron junto al féretro del tenor, amortajado con esmoquin de escena y pajarita blanca.

 

Pavarotti será enterrado, en una ceremonia privada, en el cementerio de Montale Rangone, a una decena de kilómetros de Módena, donde reposan sus padres y su hijo Riccardo, nacido de un parto prematuro. (EFE)