América Latina, el Caribe y la Unión Europea fijaron su lucha contra la pobreza
Tras la conclusión de la cumbre, los jefes de Estado y de Gobierno de 60 países suscribieron la Declaración de Lima en el que lanzaron un programa que permitirá compartir conocimiento sobre el cambio climático.
Los gobernantes de 60 países de América Latina, el Caribe y la Unión Europea se comprometieron este viernes a luchar juntos contra la pobreza y el cambio climático, al término de una cumbre que ha dado un nuevo impulso a la alianza entre las dos regiones.
Los jefes de Estado y Gobierno adoptaron en Lima una declaración, bajo el título "Respondiendo juntos a las prioridades de nuestros pueblos", en la que fijaron una ambiciosa agenda para los dos próximos años en lo que respecta a la erradicación de la pobreza y al logro de un crecimiento económico sostenible.
La Declaración de Lima incluye, como novedad tangible, el lanzamiento de un programa conjunto contra el cambio climático, bautizado "Euroclima", que permitirá compartir conocimientos y coordinar las acciones contra el calentamiento global del planeta.
La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, ha reservado cinco millones de euros (7,7 millones de dólares) para las primeras acciones de este nuevo programa, que había suscitado los recelos de Brasil, temeroso de que abriera la vía a una injerencia de Europa en
su poderosa política energética.
El programa pondrá "una atención especial en el cambio climático, sin prejuzgar las respectivas políticas nacionales".
Irá "en beneficio de los países latinoamericanos" y tendrá "el objetivo primario de compartir conocimiento, fomentar el diálogo regular a todos los niveles y asegurar sinergias y coordinación de las actuales y futuras acciones en este campo".
Además de la preocupación medioambiental, la cumbre de Lima estuvo marcada por la inquietud de los líderes europeos y latinoamericanos ante la escasez y encarecimiento progresivos de los alimentos.
En sus conclusiones, los gobernantes se declararon este viernes "muy preocupados" por esta situación, cuyas causas no identifican, y reconocieron la necesidad de tomar medidas "inmediatas" porque golpea sobre todo a los más pobres.
"Estamos de acuerdo en que son necesarias medidas inmediatas para ayudar a los países y poblaciones más vulnerables afectados por los altos precios de los alimentos", dice la declaración.
La Declaración de Lima refleja igualmente el compromiso de los países europeos y latinoamericanos en el desarrollo de un enfoque global sobre la emigración y una coordinación reforzada en la lucha contra la droga.
"Reconocemos que la pobreza es una de las causas de la emigración", afirmaron los dirigentes, quienes consideraron "fundamental asegurar el respeto de los derechos humanos de todos los emigrantes".
Estos cuatro apartados, cambio climático, crisis alimentaria, emigración y lucha contra la droga, fueron los últimos en ser acordados en Lima, debido a las diferentes sensibilidades de las partes.
Unos y otros prometieron asimismo "proseguir activamente" las negociaciones encaminadas a la firma de acuerdos de asociación regionales entre la UE y los países centroamericanos, andinos y del grupo Mercosur.
Todos los participantes afirmaron su intención de fomentar el bienestar de sus pueblos y dejaron claro que el comercio "es motor del crecimiento".
En ese sentido, reiteraron, pese a las diferencias, la apuesta común por un final "exitoso y oportuno" de la Ronda para el Desarrollo de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Una Latinoamérica cada vez más dividida entre dos modelos socio-económicos, uno decididamente favorable al libre mercado y otro muy crítico con el liberalismo, pudo no obstante ponerse de acuerdo con Europa sobre los valores que deberán guiar la búsqueda
del crecimiento sostenible.
"Reiteramos que las políticas sociales y los regímenes de protección social deben apoyarse en políticas públicas, especialmente fiscales, saneadas y justas, que permitan una mejor
redistribución de la riqueza y aseguren adecuados niveles de gasto social", afirmaron los líderes en sus conclusiones.
El diálogo con los sindicatos, la negociación colectiva, la participación ciudadana, la seguridad jurídica de las inversiones, la eliminación de la economía sumergida y la responsabilidad social de las empresas son mencionados en la Declaración de Lima como
ingredientes indispensables.
La cumbre de Lima permitió a los líderes aparcar sus disputas, algunas de las cuales, como el conflicto entre Ecuador y Colombia a raíz de la operación armada colombiana contra un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, han puesto recientemente a la región
al borde de un conflicto armado.
La Declaración subraya la importancia de respetar "la integridad territorial y la independencia política" de los estados, y de evitar "la amenaza y el uso de la fuerza de cualquier tipo" en la solución de los conflictos. (EFE)