Juez de Texas ordenó devolver custodia de 400 niños a padres que integran una secta
El tribunal determinó que las autoridades del estado no tenía pruebas para determinar que los menores corrían peligro al interior del grupo religioso acusado de fomentar los abusos sexuales.
Un juez del estado de Texas firmó este lunes la orden para devolver a sus padres a más de 400 niños de la secta poligámica que se encuentran desde abril bajo custodia estatal bajo la sospecha de sufrir abusos sexuales.
La decisión ratifica el fallo de una corte de apelaciones del pasado 22 de mayo, que indicó que los agentes del Servicio de Protección Infantil de Texas carecían de pruebas suficientes para demostrar que los niños corrían peligro y que, por tanto, no tenían derecho a separarlos de sus padres.
El Servicio de Protección al Menor recurrió ante el Tribunal Supremo de Texas, que finalmente dictaminó el 29 de mayo que los niños debían volver con sus padres, por considerar que el Servicio de Protección al Menor había sobrepasado sus competencias.
No obstante, la jueza del caso, Barbara Walther, al firmar esta autorización estableció como condición que los niños -que ya han empezado a ser hoy entregados a sus padres-, no podrán abandonar el estado de Texas.
Esta prohibición afectará también a los padres que, además, tendrán que hacer un curso y cooperar con la investigación sobre los supuestos abusos sexuales cometidos en la Iglesia Fundamentalista de los Santos de los Últimos Días (FLDS).
Las autoridades investigan si los miembros de esta secta obligaban a los adolescentes a contraer matrimonio con hombres mayores.
Esta secta ha sido acusada en Arizona y Utah de coaccionar a adolescentes para que se casen con hombres adultos, e incluso su líder, Warren Jeffs, tuvo que comparecer ante la justicia el año pasado por presionar a una niña de 14 años para contraer matrimonio
con su primo.
El pasado 4 de abril las autoridades entraron a la propiedad de la secta, tras recibir varias llamadas de una adolescente de 16 años que dijo haber sido víctima de abusos físicos y sexuales y que la habían obligado a casarse "espiritualmente" con un hombre mayor.
Ese fue el indicio que necesitaban y buscaban las autoridades para registrar las instalaciones de El Dorado, un rancho situado a unos 65 kilómetros de San Angelo, vetado a las personas que no sean miembros de la secta. (EFE)