La contaminación acústica provoca serios daños a la salud, según la OMS
Causa problemas auditivos, insomnio, estrés y afecta el sistema inmunológico y el metabolismo.
También aumenta las posibilidades de tener un ataque al corazón o un derrame cerebral.
La exposición al ruido provoca alteraciones del sueño, aumenta la presión arterial y puede conducir a enfermedades del corazón y es un importante peligro para la salud pública, según afirma un informe que presentó la Organización Mundial de la Salus (OMS).
El estudio señala que el ruido no deseado está causando graves problemas auditivos, insomnio y la activación de las hormonas de estrés que a su vez podrían afectar el sistema inmunológico y el metabolismo.
Si bien, el ruido no es igual a los otros tipos de contaminación, los que se mantiene en el tiempo, si la contaminación acústica no se controla también puede causar graves daños en la calidad de vida de las personas.
También aumenta la agresividad y las posibilidades de tener un ataque al corazón o un derrame cerebral.
"Cada vez hay más pruebas de que el aire y el ruido del tráfico podrían estar relacionados con la hipertensión arterial", dice Stephen Stansfeld, profesor de siquiatría en el London School of Medicine, en el Reino Unido.
Efectos
La exposición prolongada a una fuente de ruido puede producir sordera, o incluso perforaciones en el tímpano. Pero además de las lesiones en el oído, la contaminación acústica tiene otras consecuencias que afectan en particular al sistema cardiovascular, respiratorio y digestivo.
La intensidad del ruido se mide en decibeles, y la escala corre entre el mínimo sonido que el oído humano pueda detectar, y el sonido más fuerte. La OMS considera los 50 decibeles como el límite superior deseable.
Una exposición a más de 60 dB produce agitación de la respiración, aceleración del pulso y taquicardias, además de un aumento de la presión arterial y dolor de cabeza.
A más de 85 dB se produce secreción gástrica, gastritis o colitis; aumento del colesterol y de los triglicéridos, los que puede aumentar el riesgo cardiovascular. También aumenta los niveles de glucosa en la sangre, lo que puede ocasionar graves problemas en los diabéticos.
Ambientes ruidosos
Un estudio realizado por la Universidad de Cornell en Nueva York, encontró que los trabajadores expuestos a constante bullicio de máquinas, teléfonos y conversaciones típicas de una oficina, tenían mayores niveles de adrenalina en la orina que aquellas personas que trabajaban en un lugar tranquilo.
Los que trabajaban en ambientes ruidosos también fueron menos eficaces en la solución de rompecabezas que el grupo tranquilo, los que además dormían mejor, tenían una mejor digestión, y eran menos irritable.
No es de extrañar entonces que el ruido poco a poco esté entrado a la agenda política. El año pasado, la legislación de la Unión Europea exige que todas las ciudades europeas con poblaciones de más de 250.000 habitantes produzcan mapas representen las zonas más ruidosas.