Morales y opositores no lograron acuerdo para superar conflicto
Decidieron, de todas formas, mantener abierto el diálogo.
Las negociaciones serán retomadas la próxima semana.
El presidente boliviano, Evo Morales, y sus opositores no lograron tampoco este jueves cerrar un acuerdo para superar la conflictividad política que vive Bolivia, aunque mantienen abierto el proceso de diálogo para intentar acercar posturas.
A pesar de que ambas partes se habían mostrado optimistas sobre la posibilidad de cerrar hoy un acuerdo, finalmente no se concretó y Gobierno y opositores decidieron en suspender unos días las negociaciones para volver a reunirse el próximo lunes.
La ciudad de Cochabamba, en el centro del país, volvió a ser la sede de una sesión plenaria que reunió de nuevo en la misma mesa al presidente Morales con sus rivales autonomistas de las regiones de Santa Cruz, Tarija, Beni y Chuquisaca.
Gobierno y opositores insisten en que se han producido avances en las mesas técnicas del diálogo, pero aún existen diferencias notables en los dos asuntos "medulares" de la crisis boliviana: la compatibilización de las autonomías en el proyecto constitucional de Morales y el reparto de las rentas petroleras.
También ambas partes coincidieron en mantener el diálogo "sin condiciones", pero los prefectos (gobernadores) de Santa Cruz, Tarija, Beni y Chuquisaca, dejaron claro que el único documento que firmarán es el que ponga fin al proceso de negociación.
De este modo, quedó sobre la mesa la última propuesta de Morales para llegar a un acuerdo que permita convocar no más allá del 15 de octubre el referendo constitucional garantizando el reconocimiento de las autonomías departamentales.
Constitución y petróleo, los principales temas
El Ejecutivo advirtió este jueves, por su parte, que no está dispuesto a modificar el texto que aprobó la Asamblea Constituyente salvo para "corregir" el capítulo autonómico y recordó a los prefectos que su condición de autoridades "locales" no les da prerrogativa para exigir la revisión del proyecto de Carta Magna.
"No es posible que fuerzas políticas regionales ahora quieran aparecer como una fuerza como para poder movilizar la Constitución. No corresponde a realidad política", dijo el vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera.
Pero las mayores discrepancias de la octava jornada de diálogo se dieron, sin embargo, en el reparto de los ingresos petroleros, a pesar de que el pasado fin de semana se anunció que este tema estaba prácticamente acordado.
Los dirigentes autonomistas reclaman al Gobierno la restitución de las rentas petroleras procedentes del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) recortadas para pagar una ayuda directa a los ancianos.
Este jueves, los prefectos plantearon una nueva propuesta al considerar "ínfimas" las cifras que les ofrece el Gobierno para distribuir estos ingresos garantizando el pago del bono a la vejez y pidieron que se incluyan en el reparto los dividendos de las empresas nacionalizadas por el Ejecutivo.
Pero el Gobierno rechazó esta oferta al considerarla una "propuesta privatizadora" y "neoliberal" que pretende debilitar a las sociedades nacionalizadas, entre ellas, varias petroleras y la empresa de telecomunicaciones Entel.
El respaldo internacional al diálogo
Todos estos asuntos seguirán siendo objeto de discusión en las mesas técnicas del proceso de diálogo, que continúa bajo la "vigilancia" de varios organismos internacionales.
Entre ellos figuran la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Organización de Estados Americanos (OEA), embajadores de países vecinos como Brasil, Argentina, Chile y Perú, la Unión Europea (UE) y las iglesias católica, metodista y evangélica.
El proceso de diálogo entre Morales y el bloque autonomista se inició después de varias semanas de violentos conflictos en el país que dejaron al menos 17 muertos en la región norteña de Pando, que permanece en estado de sitio.