Renunció a su cargo obispo austríaco que considera satánico a Harry Potter
Nombramiento de Gerhard Maria Wagner despertó oposición hasta en el clero de su país.
Su posición ultraconservadora se ha expresado en varias declaraciones.
El obispo auxiliar de Linz, Gerhard Maria Wagner, pidió a la Santa Sede que cancele su nombramiento tras la enorme polémica desatada en Austria por sus ultraconservadoras opiniones sobre Harry Potter o la homosexualidad.
La petición de renuncia de Wagner se hizo oficial mediante un breve comunicado, según informó este domingo la cadena de radio y televisión pública ORF.
"Ante las intensas críticas, y tras consultarlo con el obispo diocesano, he llegado a la conclusión de pedir al Santo Padre en Roma la retirada de mi nombramiento como obispo auxiliar de Linz", señala la breve nota del polémico clérigo.
Wagner levantó una profunda discusión en la Iglesia y la sociedad austríaca por declaraciones como que el personaje de la literatura infantil Harry Potter era "satánico" o la más reciente de que la homosexualidad es una enfermedad que puede ser curada.
El religioso ha tenido palabras discriminatorias para los homosexuales. |
Una figura polémica
Wagner, de 54 años, ya estuvo envuelto en la polémica en el año 2005 cuando, después de la devastación de la ciudad estadounidense de Nueva Orleans por el huracán Katrina, aventuró que la destrucción causada se debía más a la "contaminación espiritual" que a la ambiental.
"No es una casualidad que en Nueva Orleans hayan sido destruidas las cinco clínicas abortistas que existían y todos los clubes nocturnos", indicó el entonces párroco.
Con ese historial de posturas ultraconservadoras, el anuncio de su nombramiento como obispo auxiliar de la tercera mayor ciudad de Austria provocó una lluvia de críticas desde instancias políticas y religiosas de la república alpina.
Pese al explícito apoyo del cardenal de Viena, Christoph Schönborn (muy cercano al papa Benedicto XVI), incluso parte de la jerarquía eclesiástica austríaca criticaron duramente el nombramiento, en un país en que la credibilidad de la Iglesia Católica ha quedado muy tocada en los últimos años debidos a varios escándalos sexuales y de pedofilia.
Sólo en 2008, unas 40.600 personas se dieron de baja del registro de fieles existentes en el país, tradicionalmente católico, y que ha dejado en un 66 por ciento de la población -unos 5,6 millones- las personas que se definen oficialmente como católicas.