Inventores del celular y el e-mail recibieron premio Príncipe de Asturias

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Autor: Cooperativa.cl

Raymond Samuel Tomlinson y Martin Cooper obtuvieron el galardón en Investigación Científica y Técnica.

Ambos inventos fueron realizados a comienzo de los años 70.

Los estadounidenses Raymond Samuel Tomlinson y Martin Cooper, considerados los "padres" del correo electrónico y el teléfono celular, recibieron el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica por su contribución al desarrollo de ambas tecnologías.

En un comunicado enviado a la Fundación que concede los premios, Cooper destacó que la mitad de la población mundial usa teléfono celular.

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Cooper posa junto al invento que lo hizo famoso.

A su juicio, la extensión de la telefonía celular supone el comienzo de un futuro en el que la tecnología inalámbrica "conectará a todos", lo que dará lugar a mejoras "en la productividad, la educación, el entretenimiento y la seguridad".

Cooper estudió ingeniería electrónica y en 1954 fue contratado por la empresa Motorola, donde se inició en el desarrollo de sistemas de radio portátiles para la Policía.

En esta empresa desarrolló el primer modelo DynaTAC 8000X con el que el 3 de abril de 1973 hizo la primera llamada desde el primer teléfono considerado "móvil" (celular) a Joel Engel, su rival de los Laboratorios Bell.

El padre del mail

Tomlinson comenzó a trabajar en 1967 en Bolt Beranek and Newman (BBN), implicada en el desarrollo de la red ARPA para del Departamento de Defensa de EEUU, que pretendía interconectar computadores por teléfono para descentralizar el almacenamiento de la información.

Sin el conocimiento de sus jefes, Tomlinson trabajó en secreto y en 1971 consiguió intercambiar mensajes entre varios computadores, para lo cual utilizó la arroba "@" como símbolo que separaría la parte del nombre del destinatario del correo electrónico.

Al galardón optaban 40 candidaturas procedentes de veintiún países y a las últimas rondas de votaciones llegaron también el físico Steven Chu, Premio Nobel de Física en 1997, y los bioquímicos Erik de Clercq y Antonin Holý, por sus investigaciones de nuevos tratamientos para el Sida.