Roddick superó en una "maratónica" contienda a Hewitt y accedió a semifinales en Londres

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Autor: Cooperativa.cl

El estadounidense bregó tres horas y 50 minutos para doblegar a su rival australiano.

Se cruzará con el británico Andy Murray por el paso a la final de Wimbledon.

Tras librar una lucha que se extendió por tres horas y 50 minutos, el estadounidense Andy Roddick (6º) se metió en las semifinales de Wimbledon con un triunfo memorable ante el australiano Lleyton Hewitt (56º) en cinco sets.

El marcador favoreció al norteamericano por parciales de 6-3, 6-7, 7-6, 4-6 y 6-4 y de esta manera jugará ante el británico Andy Murray (3º) por el paso a la final del certamen londinense.

Apenas 27 minutos debió esperar Roddick para imponer su poderío en el primer set, mientras el oceánico no entró al duelo tan concentrado y cedió un servicio que a la postre repercutió en el resultado de la manga inicial.

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Andy Roddick chocará con Andy Murray en semifinales de Wimbledon. (Foto: EFE)

Pero cuando parecía que el de Nebraska afianzaba su ventaja, apareció la mejor versión de Hewitt, ejecutando tiros desde el fondo de cancha y emparejando el trámite del partido. Fue así como el segundo parcial desembocó en un infartante tie break, donde el oriundo de Adelaida sacó a relucir su garra habitual para ganar por 12-10.

En el desarrollo del tercer parcial, ambos jugadores mantuvieron intactos sus respectivos servicios y el duelo se resolvió con un nuevo desempate, momento en que Roddick mostró mayor fortaleza mental para imponerse.

De vuelta de este tie break, Roddick consiguió un súbito quiebre de servicio y parecía que el ánimo de Hewitt iba en descenso. No obstante, en el cuarto game devolvió el rompimiento y continuó con la mente puesta en el duelo. Al concluir el cuarto set, aplicó su variedad de golpes para llevar el partido a un quinto parcial.

En la manga definitoria, los nervios comenzaron a entorpecer el rendimiento de ambos jugadores y finalmente en el noveno game Roddick rompió el equilibrio con un nuevo quiebre. Luego, sólo le bastó recurrir a su arma predilecta para instalarse entre los cuatro mejores de Wimbledon.