Coronel (r) sindicó a militares de Chile y Uruguay como los asesinos de Eugenio Berríos
El ex DINE Mario Cisternas habló por primera vez de los supuestos autores materiales del crimen.
El antecedente ya forma parte del expediente que maneja el juez Alejandro Madrid.
En su declaración, a la que tuvo acceso la agencia EFE, el coronel retirado de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) Mario Cisternas Orellana revela que "a Berríos le disparó el mayor Arturo Silva Valdés y un oficial uruguayo".
Se trata de la primera declaración judicial en los cuarenta tomos del voluminoso expediente judicial, instruido por el juez Alejandro Madrid, en que se menciona a los responsables de los disparos que acabaron con la vida de Berríos.
Arturo Silva fue jefe de la Unidad de Operaciones Especiales de la DINE, que sacó a Berríos clandestinamente de Chile en octubre de 1991 con destino a Uruguay, por instrucción del ex dictador Augusto Pinochet, para que no declarara en el juicio por el homicidio del ex canciller Orlando Letelier.
El "oficial uruguayo" al que se refiere Cisternas en su declaración corresponde a uno de los tres oficiales -dos de ellos aún en servicio activo- extraditados por Uruguay que permanecen en Santiago bajo arraigo decretado por el juez Madrid. De acuerdo a los antecedentes del proceso y a abogados querellantes en la causa, se trata del coronel Eduardo Radaelli Coppola, quien está procesado en el caso junto a los coroneles Tomás Casella y Wellington Sarli.
Madeja criminalEn su testimonio, Cisternas Orellana declaró que pocos días después de que Berríos tratara de huir de sus captores, el 15 de noviembre de 1992, de una casa en el Balneario Parque del Plata cerca de Montevideo, Silva y oficiales uruguayos "lo llevaron a una playa y le dispararon, matándolo".
El químico fue amarrado de los brazos, obligado a arrodillarse y recibió dos disparos en la nuca, uno de cada agente, como una forma de sellar un pacto de silencio entre la inteligencia militar chilena y uruguaya. Su cuerpo fue descubierto en 1995 por unos pescadores en esa misma playa, donde fue enterrado clandestinamente.
A Berríos se le atribuye la fabricación en Chile del gas sarín, utilizado por la dictadura para eliminar opositores, y vinculado también a la muerte del ex presidente Eduardo Frei Montalva, ocurrida en enero de 1982, en la Clínica Santa María.
En agosto pasado, el ex mayor Arturo Silva Valdés -según el testimonio hoy conocido, autor material del crimen de Berrios- pidió al juez Alejandro Madrid que citara a los tres militares uruguayos procesados para que los instara a "confesar" lo que sabían