Zelaya a un año del golpe en Honduras: No me arrepiento de nada
El ex mandatario hondureño reside en República Dominicana.
Este lunes se cumple un año de su expusión del Gobierno.
El ex presidente de Honduras Manuel Zelaya, depuesto por un golpe de Estado del cual mañana lunes se cumple un año, aseguró que no se arrepiente de las decisiones que tomó, a pesar de que desencadenaron su derrocamiento, y reafirma su compromiso con la democracia y con los derechos humanos en su país.
"De nada me arrepiento. Mi gobierno de tres años tiene los mejores indicadores en treinta años, en crecimiento y desarrollo económico y en reducción de la pobreza", dijo en una entrevista con EFE en Santo Domingo, donde reside en la actualidad como huésped distinguido.
El ex mandatario asegura que su principal motivación, un año después de su expulsión del poder, es luchar por su país. "Hoy solo tengo un objetivo en mi vida: que la lucha que ya se inició en Honduras no se detenga nunca más hasta vencer. Lucharé junto al pueblo hasta mi muerte".
Zelaya fue derrocado por un golpe de Estado el 28 de junio de 2009 cuando promovía una consulta popular, pese a que tenía una prohibición legal.
Tras regresar clandestinamente a Honduras y pasar casi cuatro meses recluido en la embajada de Brasil, se trasladó a la República Dominicana, tras la toma de posesión de Porfirio Lobo como presidente.
Remiso a hablar de su posible entrada como directivo en la empresa estatal venezolana Petrocaribe, de su eventual marcha a México o de su asiento en el Parlamento Centroamericano (Parlacen), afirmó que su meta es volver a su país.
"Estamos luchando por nuestro retorno a Honduras y que se nos respete nuestra dignidad y la de la familia, por los derechos humanos, por la libertad y por la democracia", afirma.
El actual presidente, Porfirio Lobo, ha asegurado que Zelaya puede regresar a Honduras cuando quiera, pero el ex mandatario no confía en poder volver con garantías.