Joven promesa alba: "Mis papás se pusieron a llorar de emoción cuando me llamaron de Colo Colo"

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Autor: Cooperativa.cl

Carlos Sepúlveda ya lleva 17 tantos, sumando los torneos sub 16 de Apertura y Clausura.

"Jamás esperé que iba a poder llegar a un equipo grande", admitió el volante oriundo de Catapilco.

Hasta hace siete  meses atrás, Carlos Sepúlveda era un talentoso mediocampista que descollaba en las series inferiores de Unión La Calera. Pero pocos días después de un partido contra la sub 16 de Colo Colo, recibió un llamado que cambiaría su vida: era Juan Soto, entrenador de las cadetes albas, que le ofrecía la posibilidad de integrarse lo antes posible al elenco de Macul.

"No podía creerlo. De hecho, cuando les conté a mis papás que me habían llamado de Colo Colo, ellos se pusieron a llorar de emoción. Yo siempre creí que iba a estar toda mi vida jugando en Unión La Calera, y jamás esperé que iba a poder llegar a un equipo grande", confesó el volante de 16 años oriundo de Catapilco.

Así, y desde el mismo día en que llegó a Pedrero, su adaptación al equipo fue casi instantánea. De hecho, ahora ya es el capitán de su escuadra, e incluso lleva 17 goles, sumando el Campeonato de Apertura y el de Clausura. "Nada mal para alguien que no es delantero de área. Aunque tampoco hay que creerse el cuento. La idea es seguir trabajando día a día con la misma humildad de siempre", declaró el "10" colocolino.

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En solo siete meses, Carlos Sepúlveda se ganó la titularidad y la jineta de capitán en Colo Colo. (Foto: Iván Olguín)

Dentro de la cancha, Sepúlveda es un volante que juega inmediatamente por detrás de los delanteros, y desde ahí administra muy bien el balón. "Trato de imitar el estilo de juego de Kaká. Yo no soy de andar haciendo lujos, ni rabonas, ni esas cosas. Soy muy simple para jugar, pero también efectivo, y bastante vertical para llegar al arco contrario", aseguró.

Además, explicó que lo que más lo inspira a seguir luchando día a día por triunfar en el "cacique",  es el apoyo incondicional de su familia. "De hecho, todas las semanas, mi papá y mi hermanito chico de siete años vienen desde Catapilco a Santiago, especialmente para apoyarme cuando estoy en la cancha", expresó.